España y Estados Unidos, ¿cuál sistema de salud es mejor?
Leo en un artículo de Infobae la sorpresa que se llevó un matrimonio estadounidense que vive en España desde hace poco tiempo, al usar por primera vez el sistema de salud.
La mujer llevaba unos días enferma, relata el artículo, y decidieron ir al médico. La consulta les costó poco menos de 27 euros y las medicinas 11 euros, todo pagado de su bolsillo porque no tenían seguro y visitaron a un médico privado. El matrimonio quedó sorprendido porque el precio en Estados Unidos habría sido muchas veces más elevado.
Hace años, cuando vivía en Madrid, me sucedió algo parecido. Había llegado recientemente de Cuba, mi país natal, donde la sanidad es pública y no hay que pagar un centavo por recibir atención. Una mañana me desperté con un oído tapado. Era tan molesto que tuve que ir al médico. En el camino pensé que como el sistema económico en España es capitalista, seguramente tendría que pagar por la consulta y el tratamiento.
Me atendieron enseguida. Después que el médico me curó el oído, le pregunté cuánto dinero le debía. Me miró con asombro y me respondió:
–Nada.
–¿Nada? –inquirí, perplejo.
¬–¡Nada! –confirmó el galeno, mirándome como si yo hubiera acabado de descender de una nave extraterrestre.
Muchos estadounidenses que experimentan el sistema de salud en España quedan asombrados al descubrir que la atención médica en España no tiene un costo enorme, a diferencia de lo que cuesta en Estados Unidos, donde en muchos casos puede ser una experiencia devastadora para las finanzas personales.
Al igual que muchos otros países europeos, España tiene un sistema de salud pública universal, costeado por los impuestos. Los españoles y muchos extranjeros pueden recibir servicios médicos sin tener que pagar en el punto de uso. La atención primaria, las visitas a los especialistas, los tratamientos y las estancias en los hospitales, así como muchas medicinas, están cubiertos por el sistema de salud. Junto a este sistema público coexiste un sector de seguros de salud privados, a disposición del que prefiere pagarlos en vez de acudir a la sanidad pública. Los precios de los seguros privados en España están muy por debajo de lo que cobran los seguros en Estados Unidos.
La atención médica en Estados Unidos se basa en el sector privado. La cobertura de salud es proporcionada por seguros que las empresas dan a sus empleados, pagando una parte más o menos sustancial mientras el resto lo paga el empleado. Hay programas de salud del gobierno que cubren a las personas mayores de 65 años y a discapacitados, pero esos programas están vinculados a empresas privadas que son contratadas por el Estado para prestar servicios médicos. Entre paréntesis, el papel del gobierno como una bolsa de dinero para pagar a empresas privadas en el sector de la salud da pie a numerosos fraudes multimillonarios, en los cuales individuos sin escrúpulos estafan al Estado y a los usuarios de los programas estatales.
El sistema de salud privado de Estados Unidos da lugar a elevados costos de los seguros, copagos, deducibles y gastos médicos imprevistos que llevan a muchos estadounidenses a la ruina o a la incapacidad de pagar un seguro. La cifra de personas no aseguradas supera los 45 millones, y de ellos unos 45.000 mueren anualmente por carecer de acceso oportuno a los servicios de sanidad.
Desde luego, ningún sistema de salud es perfecto. En España, por ejemplo, hay problemas, como esperas prolongadas para ciertos tratamientos o incluso para ver a un médico, desvío de pacientes de la sanidad pública hacia consultas médicas privadas, y la creciente necesidad de invertir más recursos debido al envejecimiento de la población, lo cual también ocurre en otros países europeos, como Italia.