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Tensión expectante y elecciones

La tensión expectante son los síntomas ansiosos normales que usted podría sentir ante un evento que se avecina, y en el cual podría participar de manera directa o indirecta.

Hemos usado la palabra normal, por dos razones. La primera, para destacar que aunque los síntomas sean estresantes, eso no es patológico (enfermizo), ni amerita ayuda de un profesional de la conducta, sino que es algo natural y en realidad nos indica nuestro grado de responsabilidad, por aquello que debemos enfrentar, como podría ser, una conferencia, una entrevista de trabajo, un examen como el que han tomado recientemente una gran cantidad de colegas, para optar por plazas de residentes, y las plazas son pocas.

En realidad, donde más se presentan esas situaciones de tensión expectante es en el "mundillo del espectáculo". Y por esa razón el inmenso cantante y poeta Alberto Cortez, escribió y canta un hermoso tema musical titulado “Hay que ver”. De la canción compartiremos con usted el inicio y el final. Veamos: “¡Hay que ver, hay que ver, cómo pasan los años! Parece que fue ayer que pisé un escenario, por la primera vez, tenía tanto miedo, que, por hacerlo bien, me entregué todo entero”. Y finaliza así: “¡Hay que ver, hay que ver, aún lo sigo teniendo!".

Cortez finaliza de esa manera la canción porque, aunque teniendo muchísimos triunfos en sus conciertos, ya aprendimos que esa tensión expectante es por nuestro grado de responsabilidad en hacer todo lo posible para que, en especial nosotros mismos, quedemos satisfechos con la labor realizada.

Y la segunda razón es porque existe lo que se conoce como “Estrés Positivo”, el cual nos impulsa a hacer todo nuestro máximo esfuerzo para derribar los obstáculos que de manera inevitable tendremos que enfrentar en nuestra vida cotidiana.

Nuestro Inigualable maestro y psicólogo Jesucristo nos da la siguiente enseñanza relacionada con el estrés de nuestra vida cotidiana: "Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal". (Mateo 6:34). Esas palabras de Jesucristo sobre el estrés cotidiano son sumamente importantes, debido a que como se sabe la industria farmacéutica mueve la astronómica cifra de 700,000 millones de euros anuales en el planeta. Y el margen de ganancias de esta industria en el mundo es de 42% por encima de los bancos, el sector automotriz, el petróleo y el gas, según la revista FORBES. Y se espera que incluso pudiera pasar al primer lugar, destronando al sector tecnológico como el más rentable. Y lo anterior es muy importante porque entre los más vendidos están ansiolíticos y antidepresivos. Y por eso estas empresas farmacéuticas pagan muy bien para que se diseñen campañas publicitarias, haciendo creer que es vital acudir al psiquiatra, por motivos baladíes, los cuales en realidad usted puede manejar y vencer como nos enseña Jesucristo.

Para los incrédulos irreconciliables, pitufos gruñones, los cascarrabias y a los que tienen tendencia a ser personas aburridas y casi constantemente irritables, les diremos que no tan solo Jesucristo y quien esto escribe afirman que usted está en capacidad de manejar el estrés de la vida cotidiana, y no dejarse convencer de que casi para todo lo que genera ansiedad hay que usar medicamentos.

Le compartiremos lo que dice quien es considerado el padre de la psiquiatría alemana, Kurt Schneider, en su libro “Patopsicología clínica”: "El motivo por el que se dan tantas depresiones que son o que han llegado a ser inauténticas, reside quizás en lo siguiente: Aquellos que acuden al médico por motivo de sufrir un disgusto constituyen ya de por sí, en su conjunto una selección de sujetos de índole negativa. A las generaciones anteriores a la nuestra no se les ocurría considerar tales "disgustos" como "enfermedades", para descargarse así de ellos. Y aún hoy día el hombre cabal que acepta su propio destino como un deber y una responsabilidad se alza contra tal actitud".

Eso que expresa ese gran maestro de la psiquiatría, lo vemos en la actualidad en una proporción asombrosa de personas acudiendo al psiquiatra, psicólogo o coaching por la más leve frustración, por estrés positivo, por un insomnio circunstancial -que en realidad es lo que se conoce como Insomnio terapéutico (horas de insomnio en las cuales usted puede encontrar la solución a algunos asuntos que le preocupan).

Tenemos otra tensión expectante, que sí es patológica (enfermiza), y es la que antecede en especial a la crisis delirante, de manera franca de la esquizofrenia. Y ese espacio de tiempo puede ser de hasta dos años. Esa etapa expectante ha sido denominada de diversas maneras por grandes maestros de la psiquiatría mundial. Don Alonso Fernández la denomina “Predelirio”, Klaus Conrad le llama “estado de trema”, Juan José López Ibor la denomina como “Humor delirante” y Gaëtan Gatian de Clérambault dice que en el momento en que aparece el delirio, ya la psicosis es vieja.

El eminente maestro de la psiquiatría española Don Alonso Fernández, en su libro “Fundamentos de la psiquiatra actual”, nos describe lo que suele suceder en esa etapa de predelirio con el siguiente ejemplo: Una persona X tendría lo que se conoce como “Vivencia de significación vaga”, consistente en que esa persona cree saber que todo lo que ve, todo lo que oye, todo lo que ocurre en el ambiente, significa algo muy importante y especial que ella no puede concretar.

Lo otro sería que una persona tendría lo que se conoce como “Vivencias de lo puesto”; en esta la persona afectada precisa algo más, diciendo que todo está puesto o preparado para él o ella, que por todas partes se hace teatro para probarlo, payasadas para ver cómo reacciona o para recogerlo en película.

Es irrefutable que el partido gobernante encabeza las preferencias electorales, sin embargo, eso ha producido una especie de "Delirio de grandeza", en seguidores de ese partido.

Es irrefutable que el partido gobernante encabeza las preferencias electorales, sin embargo, eso ha producido una especie de "Delirio de grandeza", en seguidores de ese partido.ARCHIVO/LD

En cuanto a las próximas elecciones presidenciales y congresuales, estas están relacionadas con nuestro tema de la tensión expectante, debido a que todos los involucrados, ya sean candidatos de partidos con militancia grande o pequeña, no podrán evitar el estrés de la tensión expectante, y dependiendo de la personalidad, asimismo será la intensidad del estrés, debido a que es una prueba de vida, en la que solo hay dos opciones: ganar o perder.

Es irrefutable que el partido gobernante encabeza las preferencias electorales, sin embargo, eso ha producido una especie de "Delirio de grandeza", en seguidores de ese partido que tienen participación en medios de comunicación, y pronostican que en las presidenciales se llegaría al 70%.

El número 70 tiene un gran significado bíblico y por esa razón es mencionado en muchísimas ocasiones en el libro sagrado. También tiene un significado psicológico, y en especial un significado erótico alucinante. Y en esta ocasión con las expresiones que ya conocemos, tenemos que agregarle un significado Delirante. A lo anterior se añade que uno de estos comunicadores expresó sin ningún rubor que en las congresuales el número alcanzado sería “extravagante”.

Esas cifras en realidad son delirantes, y en lugar de producir el efecto esperado, podría generar lo contrario, una disminución en los números esperados, debido a que por la idiosincrasia de nuestros compatriotas, la abstención siempre ha sido alta, y si a eso se le añade que muchas personas que simpatizan por el partido gobernante, creen que tienen una mayoría aplastante, entonces por holgazanería y otros motivos, no irían a votar.

A esto se añade que la oposición -aunque hay un delirante conflicto de egos entre ellos- harían todo lo posible por dar una batalla digna, luchando de una manera parecida a como lo hicieron en la Segunda Guerra Mundial Stalin, Churchill y Roosevelt, quienes aunque claramente se detestaban, lucharon mancomunados.

También hay que aclarar que en nuestro país no existe una verdadera fidelidad política, que fuese aunque sea mínimamente parecida a la que conocemos en Estados Unidos de Norteamérica, donde los republicanos y demócratas permanecen fieles a sus partidos a lo largo de sus vidas, mientras en nuestro país es muy frecuente la conducta veleidosa.

En conclusión, la tensión expectante siempre será parte de nuestra vida cotidiana. Y las expresiones delirantes de avasallamiento, podrían resultar contraproducentes.

El autor es general psiquiatra (retirado) del Ejército

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