Necesitamos desahogarnos

La capital de la República Dominicana carece de un sistema de alcantarillado apropiado para una ciudad de su extensión e importancia. Hasta el momento, Santo Domingo y sus alrededores están descargando la mayoría de las aguas domésticas, industriales, y pluviales en los ríos aledaños, además del subsuelo (acuífero), y el Mar Caribe.

Toda ciudad debe contar con un sistema de alcantarillado para aguas negras y de un segundo sistema independiente para el manejo de aguas pluviales. En nuestra ciudad Capital, los dos on deficientes.

El desagüe de la carga pluvial está mayormente controlado por pozos filtrantes cuya capacidad es habitualmente sobrepasada por cualquier evento climatológico. Por otro lado, las aguas negras, cargadas por concentraciones significativas de contaminantes; requieren de un tratamiento más extenso antes de ser liberadas al medio ambiente.

Nuestra capital solo cuenta con sistemas parciales de alcantarillado pluvial y de alcantarillado sanitario. Además, existen sistemas puntuales en parajes o construcciones independientes como es el caso de la Barquita en Santo Domingo Norte. Desafortunadamente, muchas de las tuberías del sistema pluvial han sido conectadas al alcantarillado sanitario y viceversa, creando sistemas híbridos, lo cual reduce su eficiencia y crea situaciones poco deseadas donde residuos sin tratamiento llegan a los cuerpos hídricos que nos rodean. Se desconoce el nivel de interconexión existente entre los sistemas.

Las tuberías colectoras de aguas negras y pluviales se encuentran mayormente en el casco viejo de la Ciudad, estas recogen aguas en algunos puntos de la Zona Colonial, las Villas (Agrícola, Consuelo, etc.), San Carlos y parte de la Avenidas Independencia y George Washington, Domingo Sabio, una pequeña sección de Los Mina y Los Tres Brazos. También, existen colectoras que recogen aguas negras en parte de los parajes cercanos a la Ave. Máximo Gómez la cual vertía sus caudales en el río Isabela en el paraje de la Zurza.

La mayor paradoja de nuestra ciudad es que los sistemas de recolección no han crecido, ni mejorado de forma sustancial desde principios de los años 60. La mayor parte de la infraestructura existente fue construida antes de esta fecha, con ligeras excepciones, como fue la construcción de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de La Zurza y las colectoras y estación de bombeo asociadas. ¿Cómo algo tan necesario y básico no ha recibido importancia por parte de nuestras instituciones gubernamentales?

El desconocimiento debe ser uno de los principales factores, pero hemos tenido planes de acción desde hace 50 años. El primer intento de planificación fue en 1969 cuando la Hydrotechnic Corporation desarrolló planes para cada sistema, los cuales pasaron mayormente al olvido. A mediados de los 1990, la necesidad de tener sistemas de alcantarillado volvió a relucir y dos consultoras internacionales realizaron estudios y propusieron mejoras a los sistemas, que resultaron en un Plan Director de Drenaje Pluvial para la Ciudad de Santo Domingo 1998-2001, que tampoco se materializó.

En el 2009 la CAASD, viendo la necesidad que se estaba creando, contrató con financiamiento del BID a la empresa Hazen and Sawyer para que vuelva a crear un Plan Maestro de Alcantarillado el cual se entregó en el 2012 y, con la excepción de la construcción de la PTAR de La Zurza y sus componentes, fue ignorado. La PTAR de la Zurza está operando con el caudal mínimo de diseño (0.18 m3/s) porque las colectoras que deben traer el resto del agua a tratar no fueron construidas.

Necesitamos alcantarillado Pluvial. Hemos visto como en dos años consecutivos tormentas mayores han creado problemas significativos de manejo del agua pluvial en nuestra ciudad. El Cambio Climático estará produciendo mayor cantidad de tormentas de alta intensidad pero con largos periodos de sequía entre ellas, y ambas de estas condiciones pueden ser mejor mitigadas con un alcantarillado pluvial.

Necesitamos de un alcantarillado sanitario adecuado. Hay una larga historia que nos muestra la interrelación entre el transporte de aguas negras y la salud pública. Las aseguradoras de salud deberían ser las primeras en empujar la construcción de un sistema sanitario apropiado, porque disminuiría la cantidad de visitas a centros médicos por enfermedades gastrointestinales, virales, y humano transmisibles; y por ende aumentaría su rentabilidad.

Me gustaría ver que en las próximas elecciones algún candidato asuma la antorcha, aunque sea transitoria, y nos prometa una mejora en los sistemas básicos de sanidad de nuestra ciudad y de las múltiples otras que están en la misma condición.

Director de Investigación de INTEC

Carlos.sanlley@intec.edu.do

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