En la diana
Crecimiento, fundamentos y expectativas
Primer Tiro
El panorama macroeconómico de la aceleración del crecimiento presenta tipo de cambio y tasa de interés aumentando, e inflación bajando. La sostenibilidad de este crecimiento inesperado requiere de una revisión de los fundamentos y las expectativas subyacentes. Dado el conjunto de variables internas y externas determinantes de la inflación general, y mientras no se inicie el proceso de reducción de las tasas de política monetaria de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo, es y será un error asumir posiciones esperando que el Banco Central domestico reduzca la suya, pues las entidades financieras y los inversionistas institucionales siempre deben esperar que los movimientos de la Tasa de Política Monetaria (TPM) se produzcan en función de los fundamentos reales del balance de riesgos macroeconómicos, tal y como han sido los casos de mantenerla inalterada durante los últimos meses. Al igual que los mercados, un banco central se puede equivocar temporalmente, pero a largo plazo, la política monetaria siempre estará alineada a los fundamentos internos y externos. Mientras no disminuyan las tasas de interés del mercado internacional, no se debe esperar una nueva reducción de la TPM local.
Segundo Tiro
La devaluación continúa acelerándose, y los datos oficiales muestran que el pasado mes de marzo cerró con una tasa de devaluación anualizada del 7.4%. Con una tasa de interés internacional en la frontera del 5%, la tasa de interés interna de paridad que no toma en cuenta el riesgo país es casi cien puntos básicos menor a la tasa pasiva preferencial de los intermediarios financieros y de los mismos títulos de corto plazo del Banco Central, lo que quiere decir que la misma se encuentra en un límite en el que no hay espacio para bajar más, y con una tasa de devaluación anual esperada igual a la observada, cualquier inversionista que tome en cuenta la prima del riesgo país estaría inclinado a transferir capitales hacia el exterior. Pero la tasa de interés pasiva para inversiones financieras de corto plazo sigue sigue por encima de las del largo plazo, y como la influencia del riesgo país depende del horizonte temporal de los inversionistas, a muy corto plazo no existe espacio para una nueva reducción de la tasa de interés que empuje el crecimiento del gasto privado.
Tercer Tiro
En la situación actual, la paridad de interés y las expectativas de devaluación parecerían más importantes que las expectativas de inflación, y las señales del Banco Central en cuanto a su nivel de tolerancia a la devaluación, podrían ser determinantes para las decisiones de inversión por tipo de moneda. Todo indica que las expectativas de una reducción de tasa de interés fueron y son infundadas y extemporáneas, y podrían esperarse más intervenciones cambiarias orientadas a mantener anclado el tipo de cambio actual, lo que reduciría la tasa de devaluación anualizada. Bajo estas condiciones, y tomando en cuenta que el consumo y la inversión privada son las locomotoras que empujan el crecimiento, y que no se producido, ni se producirá en los próximos meses reducciones de la tasa de interés que las muevan hacia arriba, la continuidad de la aceleración del crecimiento dependerá de la permanencia de las expectativas de devaluación, de la cual depende a su vez una nueva reducción de la TPM local.