enfoque
Biotecnología y competitividad en RD
En un panorama marcado por la búsqueda constante de innovación y crecimiento económico, República Dominicana tiene el desafío de diversificar y fortalecer su base industrial en un entorno global cada vez más competitivo. Ante este escenario, la biotecnología emerge como un potencial catalizador para el desarrollo del país, ofreciendo una amplia gama de oportunidades para transformar la economía dominicana y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.
La biotecnología influye en sectores importantes como la agricultura, la salud, la industria farmacéutica y la producción de productos químicos. Es considerada por muchos expertos, una de las tecnologías líderes para la transición hacia una sociedad libre de carbono y capaz de contribuir en la resolución de desafíos sociales críticos, como la protección de la salud, el suministro de alimentos, energía y la protección del medio ambiente.
Datos recientes muestran que el mercado mundial de biotecnología estaba valuado en 1,55 billones de dólares en 2023, con una proyección de crecimiento a una tasa anual compuesta del 13,96% entre 2024 y 2030. Este impulso se debe a iniciativas destinadas a modernizar los marcos regulatorios, mejorar los procesos de aprobación y políticas de reembolso, así como a la estandarización de estudios clínicos. La creciente presencia de la medicina personalizada y el aumento en el número de formulaciones están abriendo nuevas oportunidades para las aplicaciones biotecnológicas, impulsando el desarrollo de empresas emergentes e innovadoras e incrementándose los ingresos del mercado.
En el sector agrícola, por ejemplo, el desarrollo de cultivos genéticamente modificados, la propagación masiva de especies de interés agroindustrial y la innovación en biofertilizantes podrían ayudar a aumentar la productividad y la resistencia de los cultivos, garantizando la seguridad alimentaria y mejorando la competitividad en los mercados internacionales. En la salud, ofrece la posibilidad de desarrollar tratamientos médicos innovadores, así como vacunas avanzadas, posicionando a República Dominicana en la investigación biomédica de la región.
Además, esta ciencia puede desempeñar un papel clave en la protección del medio ambiente y la promoción de fuentes de energía renovable. Por ejemplo, la producción de biocombustibles a partir de biomasa podría reducir la dependencia de los combustibles fósiles y mitigar el impacto ambiental de la industria energética. Dado que la construcción es uno de los sectores de mayor crecimiento en el país, la incorporación de biomateriales podría no solo impulsar esta industria, sino también contribuir a la sostenibilidad ambiental y a la reducción de residuos.
El Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) ha sido pionero en la formación de profesionales en Licenciatura en Biotecnología desde 2015, con más de 100 estudiantes activos en la carrera y más de 60 egresados. Además, la institución está a la vanguardia en el desarrollo de un nuevo sector emergente: los bioplásticos. Gracias a contar con biotecnólogos en su staff docente, el INTEC lidera iniciativas para el desarrollo y aplicación de bioplásticos, alineándose con las tendencias globales hacia materiales sostenibles.
A pesar de los avances y el potencial de la biotecnología, es importante reconocer los desafíos y limitaciones que enfrenta su desarrollo en República Dominicana. Estos incluyen la necesidad de aumentar la inversión en investigación y desarrollo, así como la importancia de establecer políticas públicas sólidas que apoyen el crecimiento sostenible del sector. El fortalecimiento de la colaboración entre el gobierno, el sector privado y las instituciones educativas también es fundamental para impulsar la innovación y la competitividad en la industria biotecnológica.
El desarrollo del sector de la biotecnología tiene el potencial de ser un elemento clave para el progreso de la República Dominicana. Al aprovechar este potencial y superar los desafíos existentes, el país puede abrir nuevas oportunidades para el crecimiento económico, la innovación y el bienestar de sus ciudadanos.
El autor es profesor de INTEC