CONTROVERSIA
Una propuesta indecente
La ONU ha planteado a RD recibir los migrantes haitianos en condición de refugiados con protección internacional. Y lo ha hecho días después de pedirnos también la No repatriación de indocumentados haitianos.
Las dos peticiones de ONU tienen como pretendido sustento la existencia de un colapso sin precedentes en Haití que ellos previamente dejaron deliberadamente se produjera. Lo que pide la ONU en la práctica es la fusión RD -Haití.
Si RD acogiera la petición de ONU sería trasladar en meses la población haitiana a RD, puesto que el 98 % de su población podría técnicamente pedir se le acogiera como “refugiados”. Y si RD no aplica su ley migración es claro todos los haitianos vendrían sin temor alguno a RD cruzando la frontera.
Por suerte para el país, el Presidente Abinader rechazó de manera enfática las pretensiones de ONU. Ni detendrá repatriaciones ni acogerá como refugiados a los migrantes haitianos. Y lo hizo en una entrevista con la cadena inglesa BBC que considero histórica la cual debe ser traducida al español y difundida ampliamente por TV, radio y redes.
Pero la insolencia de representantes de ONU y de OIM no quedó ahí.
Esta semana pretendieron abrir una oficina de “protecciónn a migrantes ilegales” en Higuey Punta Cana, sin consultar al Ministerio de Interior y Policía.
Nos tocó la obligación de advertir que abrir esa oficina, en el actual contexto, se entendería como un franco desafío al Presidente y su autoridad. Y que estábamos dispuestos a llamar a la población a movilizarse a Higuey y de ir personalmente, si fuera necesario.
Los representantes de ONU en RD deben comprender que tenemos un Presidente dispuesto a defender la soberanía nacional y un pueblo unido dispuesto a luchar por supervivencia de RD, rechazando planes de fusión que ellos han ideado trasladando población Haití a RD .
Como dije en mi discurso en PRSC, 30 años después se confirma lo que el Presidente Balaguer denunciara sobre planes de fusión RD -Haití . Igualmente el pueblo hoy nos da la razón. ¡Los Vincho tenían razón!