Desde mi pluma
Cenizas quedan
El incendio que afectó a la Penitenciaría Nacional de La Victoria que ha dejado, hasta el momento un saldo de 13 internos fallecidos, debe considerarse como una tragedia de índole mayor.
Ha sido una catástrofe por los estragos materiales, los cuales resultan muy insignificantes frente a pérdidas humanas, pero también ha sido la enésima oportunidad para poner sobre relieve el nivel de hacinamiento que impera en las cárceles dominicanas, en especial en ese recinto.
Desde hace años vengo escuchando en noticieros y leyendo en los periódicos cómo se denuncia que una cárcel que inicialmente fue construida para albergar a algunos 1,200 reclusos, hoy registra una sobrepoblación que supera los 6,000.
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