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La frustrada candidatura a la OEA

El 16 de agosto de 1974 el presidente Joaquín Balaguer se juramentaba por tercera vez en su período de gobierno llamado los 12 años. A esa ceremonia asistieron los ministros de Relaciones Exteriores de 17 naciones latinoamericanas.

Los cancilleres de México, Emilio Rabasa, y de Costa Rica, Gonzalo Facio, solicitaron tener una entrevista con Balaguer, la cual les fue concedida previo a la recepción de la juramentación, el mismo día 16 de agosto.

En esa cita la intención era tratarle al presidente la conveniencia de que para las próximas elecciones de la secretaria general de la OEA se presentara un candidato de República Dominicana, en la especie al entonces secretario de Estado de Relaciones Exteriores, Víctor Gómez Bergés, quien contaba con el apoyo prácticamente unánime de las naciones que integraban el organismo multilateral.

Balaguer sotorriendo accedió de inmediato, respondiendo al grupo que era “un honor que el país no podía declinar”, y les conminó a que convocaran la prensa y dieran la noticia esa misma noche en el Palacio Nacional. El canciller Rabasa, de México, y el canciller Facio, de Costa Rica, le manifestaron al presidente Balaguer que las elecciones para escoger el secretario general de la OEA y sustituir al ex presidente de Ecuador, Galo Plaza, serían realizadas en mayo de 1975.

Se montó toda la campaña de Gómez Bergés para poder garantizar la votación de todas las naciones, ya que él contaba con el supuesto apoyo de Balaguer.

El protagonismo adquirido por Gómez Bergés era amenazante para los círculos de poder dominicano y se le contrarrestó con una estratégica contra- campaña oculta para debilitar su pujante candidatura.

Pasó una serie de acontecimientos que fueron provocando el rechazo hasta de los Estados Unidos.

La primera medida contraria a las aspiraciones fue la emisión de un decreto otorgándole una licencia, no pedida. El canciller-candidato puesto en licencia. Incluso llegó a rumorarse que había sido recluido en prisión domiciliaria.

Mientras tanto, a los norteamericanos se les pasó el mensaje de que no podían confiar en él porque había favorecido que se levantaran las sanciones a Cuba en la reunión de Quito. Pero tenía instrucciones presidenciales de votar como lo hiciera la mayoría.

El día 8 de junio se harían las elecciones en la OEA, pero la noche anterior se había dictado un decreto que provocó la renuncia de los jefes castrenses, percibiéndose un golpe militar.

Luego se produjeron las declaraciones del secretario adjunto de Estados Unidos contra la candidatura, por la inocente votación realizada en Quito.

Gómez Berges llegó a expresar en su libro “Sólo la Verdad”, publicado años después, que “el único responsable de que yo no fuera secretario de la OEA fue Joaquín Balaguer”.

Las elecciones para elegir el secretario de la OEA fueron 7 rondas de votaciones y no fue hasta que el secretario norteamericano emitiera sus declaraciones que se decidió el certamen. Ganó el argentino Alejandro Orfila, quedando frustradas las aspiraciones dominicanas.