Las APP, éxito indiscutible
La Ley 47-20 de Alianzas Público-Privadas se promulgó en febrero 2020, en agosto de ese mismo año, en medio de un estado de excepción por la pandemia del Covid-19 que paralizó nuestro país y el mundo, asumió la presidencia Luis Abinader y designa al licenciado Sigmund Freund como el primer director general de Alianzas Público-Privadas. En ese momento y en esas circunstancias, nadie en su sano juicio se hubiese atrevido a asegurar que a tan solo 3 años íbamos a disfrutar el dinamismo económico que se ha derivado de las inversiones realizadas a través de las iniciativas público-privadas. A partir de ese momento se inicia una nueva visión de desarrollo en la República Dominicana.
Las Alianzas Público-Privadas están definidas en la Ley como ¨el mecanismo por el cual agentes públicos y privados suscriben voluntariamente un contrato de largo plazo, como consecuencia de un proceso competitivo, para la provisión, gestión u operación de bienes o servicios de interés social en el que existe inversión total o parcial por parte de agentes privados, aportes tangibles o intangibles por parte del sector público, distribución de riesgos entre ambas partes, y la remuneración está asociada al desempeño conforme a lo establecido en el contrato¨. Su objetivo primordial es el de promover la inversión privada y facilitar el desarrollo de infraestructuras y servicios de interés social. Y a eso se ha dedicado en cuerpo y alma su director en estos 3 años.
Desde el primer día y luego de la redacción y promulgación del obligatorio Reglamento de aplicación, la Dirección General de Alianzas Público-Privadas (DGAPP) se propuso trabajar incansablemente para que el plan de desarrollo diseñado por el gobierno central para estos 4 años de gestión del Presidente Luis Abinader fuera una realidad. Al momento en que escribo estas líneas, la Dirección General de Alianzas Público-Privadas (DGAPP) ha recibido 25 iniciativas casi en su 90% del sector privado, habiéndose adjudicado y posteriormente realizado firma de contrato APP (cierre comercial) del proyecto de infraestructura portuaria: Puerto Duarte en Arroyo Barril. Entre los proyectos de más impacto social es imperioso destacar el Plan de Desarrollo de Pedernales, cuya inversión será de enorme transcendencia para toda la región sur del país. Ya en enero de este año, Cabo Rojo se estrenó como nuevo destino turístico, recibiendo en diciembre pasado en Port Cabo Rojo el primer crucero el Norwegian Pearl, y se encuentran en fase de construcción tres hoteles, proyectándose la apertura del primero en este mismo año. Otra gran obra trascendente y que ya fue licitada, es la Autopista del Ámbar, que unirá a Santiago y Puerto Plata, significando una inversión de US$400 millones. En Samaná ya se adjudicó la terminal de cruceros de puerto Duarte en Arroyo Barril, con una inversión de US$68 millones, lo que aportará un mayor desarrollo turístico a la zona. Esto solo para mencionar algunas de las más importantes que ya están en transcurso de licitación y adjudicación. Así las cosas, al momento de escribir este artículo la inversión total en proyectos de Alianzas Público-Privadas avanza a pasos agigantados, contribuyendo con la generación de miles de empleos directos e indirectos, significando un verdadero impacto económico y social para la República Dominicana y, muy en especial, para las comunidades más vulnerables, que tradicionalmente fueron olvidadas por gobiernos anteriores.
El presidente Luis Abinader ha sido fiel a su plan de gobierno y habiendo identificado los sectores prioritarios, ha implementado su visión de desarrollo, una visión país, y la DGAPP, con su director a la cabeza ha sabido interpretarlo, cumpliendo a cabalidad con el compromiso, la responsabilidad y los desafíos que el presidente puso en sus manos. Hoy en día, en este mes de febrero, 4 años después de la promulgación de la Ley 47-20 podemos asegurar que en la República Dominicana hay un nuevo concepto de desarrollo, y las Alianzas Público-Privadas se han convertido en el motor de ese desarrollo, sobre todo sostenible. Ese es el cambio que el gobierno de Luis Abinader está promoviendo: un verdadero crecimiento económico que se manifiesta en la calidad de vida de todos los dominicanos.