La lucha por la supremacía en Inteligencia Artificial

En el debate por la hegemonía económica y tecnológica mundial los Estados Unidos y China llevan la delantera. En el futuro próximo se estima que dependerá del grado de desarrollo alcanzado en inteligencia artificial (IA), motor de la 4ta. Revolución Industrial. Ese desarrollo está sujeto a dos grandes factores: (1) la inversión en investigación, desarrollo e innovación (I+D+I) de nuevos algoritmos que simulen el sistema cognitivo humano y (2) el desarrollo y producción de semiconductores (chips de silicio) para los procesadores que soporten la alta demanda de capacidad de procesamiento de la Big Data requerida por estos algoritmos.

Estos factores están moldeando la correlación de fuerzas entre estas dos superpotencias que, en el tablero global del poder económico, se enfrentan en un campo de batalla que definirá el futuro del desarrollo tecnológico y la supremacía de los mercados. ¡Veamos!

Semiconductores

en el corazón de la IA

Los productos de IA generativa y sus modelos de lenguajes LLM, dependen de capacidades de procesamiento de datos sin precedentes. Aquí, los chips de alta gama para procesadores especializados como los GPUs y FPGAs, juegan un rol central. Meta, que presentó su modelo de lenguaje LLaMA hace un año, dio algunos detalles de su entrenamiento: que tiene 65,000 millones de parámetros, medida de capacidad predictiva del algoritmo de red neuronal profunda que usa. Para ello necesitó 2,048 chips A100 de GPU Nvidia y tardó 21 días en entrenarlo. ChatGPT es incluso más potente, ya que tiene 175,000 millones de parámetros, demandando una capacidad que reduzca significativamente los varios meses de entrenamiento requeridos. La integración de IA en la tecnología de consumo tiene un crecimiento exponencial que aumenta significativamente esta demanda.

El desequilibrio del

mercado de

semiconductores

Sin embargo, la capacidad para fabricar estos componentes críticos está concentrada en unas pocas manos, con Taiwán liderando el mercado. La empresa TSMC de ese país fabrica el 53% de los chips del mundo con tecnología de alta gama, seguida por Samsung Foundry de Corea del Sur, que suple el 18% e Intel de USA con el 10%. TSMC es el principal proveedor de chips para empresas como Apple, Qualcomm, Nvidia y AMD que fabrican los procesadores especializados en IA. Su capacidad de producción es crucial para satisfacer la demanda global de chips, por lo que se prevé un potencial desequilibrio oferta-demanda que dispararía los precios debido al crecimiento exponencial de la IA.

Estados Unidos: inversión y revitalización

Reconociendo la importancia crítica de los semiconductores, el gobierno norteamericano promulgó el “CHIPS and Science Act” en el 2022, testimonio de su compromiso con la reducción de la dependencia extranjera y la consolidación de su liderazgo tecnológico indiscutible en I+D+I, impulsando la necesidad de asegurar y diversificar la cadena de suministro de semiconductores como prioridad estratégica. Esta toma en cuenta el rezago tecnológico de la Unión Europea y UK, sus principales aliados.

En ese sentido, el CIO de OpenAI, Sam Altman, está intentando recaudar billones de dólares de inversores para evitar la escasez de chips con el objeto de construir fábricas de chips especializados que ampliarían con creces la actual capacidad productiva. Su objetivo es ambicioso y refleja su intención de que la IA pueda crecer sin frenos con una financiación de entre cinco y siete billones de dólares, según una exclusiva para WSJ.

China: estrategia 2030

China, por su parte, además de su estrategia de penetración de los mercados emergentes, ha declarado su intención de convertirse en líder mundial en IA para 2030. Esta se centra en una inversión masiva en I+D+I, junto con esfuerzos para desarrollar su propia industria de semiconductores. A pesar de los desafíos impuestos por las restricciones a la exportación y la dependencia de tecnología extranjera, China ha logrado avances significativos; publicó más del doble de artículos científicos sobre el tema que Norteamérica en los dos últimos años, lo que demuestra que está dejando de ser un importador neto de innovaciones, aspecto preocupante para USA. No obstante, la brecha tecnológica, especialmente en la fabricación de semiconductores avanzados, sigue siendo un obstáculo considerable para alcanzar esa meta.

La geopolítica de la IA

y los semiconductores

La competencia de estos gigantes por el dominio de estas tecnologías no se limita al ámbito económico; es una cuestión profundamente geopolítica. La ubicación estratégica de Taiwán, país reclamado como parte del territorio de China Popular, y su liderazgo tecnológico, añaden una capa de complejidad a la rivalidad. El liderazgo taiwanés subraya la vulnerabilidad de la cadena de suministro global de semiconductores ante las tensiones políticas. Debemos recordar que, en el 2022, debido a la visita “diplomática” a Taipéi de la presidenta de la Cámara de Representantes norteamericana, Nancy Pelosi, se produjo una reacción del gobierno chino-continental desplegando fuerzas militares persuasivas como no se observaba desde la guerra fría.

La supremacía futura

La capacidad de innovar y producir tecnologías de IA y semiconductores, junto con la geopolítica y la influencia en los países de mercados emergentes, se ha convertido en sinónimo de poder nacional en la carrera por la hegemonía entre Estados Unidos y China que definirá no solo el futuro de estas dos potencias sino también el orden económico y político mundial.

El autor es Coordinador de la Maestría en Ciencia de Datos INTEC

renato.gonzalez@intec.edu.do

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