Nido de buitres

Hace ya más de una semana que las redes sociales se llenaron de memes, burlas y comentarios infundados sobre una situación que sobrepasó los límites de una universidad determinada para convertirse en la comidilla de buitres.

Ajá, buitres, en eso nos convertimos ese día para hacer un sin fin de memes, compartir notas de voz y proferir juicios de opinión, a favor y en contra de una corriente, por una situación de acoso.

¡Vaya! Los años de universidad, los créditos que se deben aprobar y las prácticas para convertirse en especialistas de conducta, los aprobamos en cinco minutos de hilo en X (antiguo Twitter), para realizar evaluaciones y diagnósticos psicólogos. ¿Lo mejor? Sin conocer al paciente. Qué vergüenza.

Qué vergüenza la ligereza en que nos apropiamos de temas y situaciones personales de muchas personas, sin el mínimo conocimiento de causa, haciéndonos los tontos e ignorantes de las consecuencias de aquello que colgamos y opinamos en la red sin razón.

La frase de “la ignorancia es atrevida” tomó todo el peso con la cantidad de personas, que desde el teclado de su teléfono emitían juicios de valor, sin saber el impacto de sus opiniones en las personas afectadas.

Ese mismo día, este periódico publicaba la información de que auténticos especialistas pedían atención urgente a la salud mental, bajo el alegato de que no se podía postergar, debido a los altos niveles de ansiedad, depresión y violencia que manifiestan los miembros de está sociedad.

Estos profesionales de la salud mental, señalaban que entre el 37 y el 40% de la población nacional padecía de ansiedad y estrés y tenían inclinaciones suicidas.

Aún así, con toda la ligereza del mundo, invadimos las redes para hacer de un tema tan serio y alarmante, como el acoso o la salud mental, el chiste del día.

Y sin ir más lejos, y viendo el conjunto de factores, la noticia de que una joven de 23 años murió luego de que concretará un suicidio al lanzarse al mar, por problemas de ansiedad, finalizaba la jornada.

Como país es imprescindible dejar de relajar los problemas fuera de la internet y acudir a un especialista, siendo empaticos.

El uso al teléfono móvil, el internet y las aplicaciones que tenemos a nuestro alcance es muy peligroso. Dañar y opinar sin saber sobre temas serios que se deben tratar fuera del nido de buitres.