VIVENCIAS
Logros y fracasos
Aprendemos más de nuestros fracasos que de nuestros éxitos, ya que descubrimos cuál es el camino que debemos evitar para no fracasar. Cuando se admite que los problemas que enfrentamos a lo externo, así como los propios errores y defectos “limitan nuestros logros, es uno de los aspectos que da forma a la autoestima, fundamenta la madurez personal y abre las puertas del aprendizaje”.
Se trata, de entender, que la mejor forma de aprender a sortear los obstáculos que se presentan en el largo trayecto de la vida es desde el “reconocimiento de nuestras carencias y con la actitud de extraer experiencias positivas de lo sucedido”.
Pero, la seguridad que nos da el saberse hijos amados de Dios, ayuda a no envanecerse con los éxitos y aceptar nuestras flaquezas.
Lo siguiente, de autor desconocido, hace que en los años que sentimos y experimentamos logros y fracasos: a) Aprender a no corregir a las personas, hasta cuando sabemos que están equivocadas; después de todo, la responsabilidad de que todos sean perfectos no está en nuestras manos, y la paz es más preciosa que la perfección; b) Alejarnos de las personas que no nos valoran, después de todo puede que no sepan nuestra valía, pero nosotros sí; c) Aprender a no sentir vergüenza por nuestras emociones, después de todo son las emociones las que nos hacen humano; d) Aprender a vivir cada día como si fuera el último, después de todo, sí podría ser el último.
Como medio de alcanzar la paz interior y que nada no perturbe, dice Gracián, “para acabar con la falsedad hay que ignorarla, refutarla perjudica, y ofenderse desacredita”.