PUNTO DE MIRA

Oposición se uniría en segunda vuelta

El impacto de las elecciones municipales dejó a las bases de la oposición con un mareo que desenfocó su acuerdo de ir separados en las elecciones presidenciales y apoyar al partido que aventaje si hay segunda vuelta.

Se sabe que las municipales son la competencia del liderazgo local y su impacto en lo nacional es de percepción, pero el ego herido por la derrota afecta la reagrupación de fuerzas para el combate por las presidenciales, que es la batalla final. Insuflar optimismo es la gran tarea del liderazgo opositor.

La condiciones de trabajo para la oposición son las mismas del año pasado ya que la inflación encarece la canasta familiar, los servicios públicos siguen en deterioro, sobre todo educación, transporte, salud y seguridad pública; además de que es alta la tasa de desempleo, mientras aumenta la tasa del dólar disminuyen importaciones y exportaciones. Además, el gobierno no tiene un obra de muestra.

El gobierno habla de combate a la corrupción mientras despliega una cortina de humo sobre su tolerancia a los escándalos de sus funcionarios en tanto que en acción combinada usa los recursos públicos para acallar voces o comprar bocinas con la única diferencia con el pasado es el despilfarro y el monto multimillonario.

No obstante, el disponer de los recursos del erario no garantiza la victoria. Si por tener mucho dinero la victoria seria siempre de los poderosos. Una pista es el PRM que ganó las municipales con solo el 22 por ciento de los votos y solo uno de sus supuestos tres millones de miembros votó por ellos, de manera quien atraiga la masa de los que se abstuvieron sería el ganador.

La oposición tiene un amplio nicho en las víctimas de la injusta distribución de los recursos. Aunque el gobierno legalizó la ilegal compra de votos de mediante las dádivas de dinero y bienes existe la posibilidad de esquivar tales acciones.

La situación económica favorece a la oposición ya que el 88 por ciento de los trabajadores en las 240 mil microempresas registradas devengan un salario mínimo promedio de 14 mil 232 pesos mientras que la canasta alimentaria es de 10 mil 751 pesos de manera que únicamente les quedan unos tres mil pesos para todas las otras necesidades. La pobreza no entiende de encuestas sino de realidades.

Pero la situación es grave, según el Banco Central, la canasta básica familiar de los pobres es de 26 mil 482 pesos por lo que les faltan 12 mil 250 pesos para cubrirla.

Las elecciones las gana quien obtenga la mayoría de los votos. Para conquistar el poder la oposición debe atraer esas simpatías. Tiene terreno para cultivar corrigiendo fallas y olvidar lo que debió ser.