Dossier Diplomático
Diplomacia parlamentaria hoy
La diplomacia parlamentaria constituye una forma de ejecución de la diplomacia que desempeña un papel esencial en la toma de decisiones y en la Cooperación Global en el seno de los organismos internacionales.
En efecto, la diplomacia contemporánea se caracteriza por la diversidad de sus formas de ejecución adaptadas a objetivos específicos y circunstancias particulares. La actividad diplomática abarca un amplio espectro de enfoques y uno de ellos es la diplomacia parlamentaria, que ha ganado prominencia en las últimas décadas.
La diplomacia parlamentaria es una forma de ejecución de la diplomacia de conferencia que busca alcanzar acuerdos mediante la creación de mayorías dentro de las instituciones internacionales existentes que tiene similitud con el cabildeo legislativo en busca de apoyos y de la correspondientes, concertación y con las maniobras en las asambleas nacionales, de ahí viene su nombre (J. Plano).
En ese contexto, la diplomacia Parlamentaria, se destaca por aplicar métodos convencionales de diplomacia, incluyendo la participación de delegados nombrados por los Estados y un particular protocolo establecido.
Esta modalidad de ejecución de la diplomacia representa una de las mejores expectativas para abordar asuntos globales y fomentar la cooperación internacional.
Una de las principales fortalezas de la diplomacia parlamentaria radica en “su capacidad para representar los intereses y aspiraciones de los Estados menos poderosos”. Esto se logra, entre otras dinámicas, con la participación de los delegados acreditados por los Estados en negociaciones. Este enfoque puede ser particularmente beneficioso para países más pequeños, que pueden enfrentar presiones de naciones más grandes de manera colectiva, lo que se traduce en una voz colectiva que puede influir en la toma de decisiones a nivel internacional.
Por todo lo anteriormente expuesto, la diplomacia parlamentaria es un componente integral de la diplomacia contemporánea.
Ahora bien, en los últimos años ha surgido una modalidad, con nuevas perspectivas, de la diplomacia parlamentaria, que ha sido calificada por determinados tratadistas como “paradiplomacia parlamentaria” que se centra en las actuaciones y las decisiones de los parlamentos con implicaciones internacionales. Esta visión amplía su alcance para abordar temas de interés global como los derechos humanos, la integración, el medio ambiente, la migración y el narcotráfico.
De hecho, algunos tratadistas han incluido los parlamentos entre los órganos centrales para las relaciones exteriores. Esta inclusión se basa en su creciente participación en asuntos internacionales al desempeñar un papel activo en la formulación y control de la política exterior.
La diplomacia parlamentaria abarca aspectos legislativos y decisiones con implicaciones internacionales. Según la legislación de cada país, los Parlamentos no solo aprueban tratados y ejercen el control preventivo de los mismos antes de su ratificación, sino que aprueban los nombramientos de Embajadores acreditados en el exterior que le someta el Presidente de la República y participan en decisiones clave relacionadas con la guerra y la paz. Igualmente, su participación puede ser indirecta a través del trabajo de las comisiones, del debate plenario, de las interpelaciones a Cancilleres y los pedidos de información.
Por último, resulta esencial que los diplomáticos tengan dominio de las técnicas de la Diplomacia parlamentaria y de la labor de los Parlamentos en materia de política exterior para apoyar las labores de los mismos siguiendo el Principio de Unidad de Acción Exterior del Estado.