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Los negocios y el cuidado del medio ambiente

La economía global y de nuestro país depende de los recursos naturales, conocidos como nuestro “capital natural”, el cual está mostrando signos de deterioro significativo. Las futuras operaciones comerciales estarán expuestas al riesgo de altos costos del agua, materiales y desechos si no se mejora el desempeño ambiental.

Las empresas que reduzcan el impacto de sus operaciones, bienes y servicios en el medio ambiente tendrán una ventaja competitiva. Las estrategias comerciales que preservan y renueven el hábitat natural y los recursos esenciales son necesarias para proteger la licencia para operar a largo plazo en mercados existentes y nuevos.

Una de las razones es claramente la demanda de los clientes, ya que la investigación demuestra que los consumidores prefieren cada vez más a las empresas con un compromiso sólido para reducir su huella ambiental. Por otro lado, a medida que la economía verde se expande, hemos aprendido que las soluciones ecológicas a menudo conducen a mejores resultados.

Los gerentes han aceptado lentamente la necesidad de regulaciones ambientales. La razón detrás de la resistencia generalizada radica en que, aunque todos deseamos una Tierra habitable de manera ideal, pocos estamos dispuestos a asumir los gastos asociados con la implementación de políticas de protección ambiental, ya que se espera que estos costos y regulaciones erosionen la competitividad y no se valoren como ganancias de un período de tiempo.

Por lo tanto, la creencia predominante es que existe un intercambio constante entre la ecología y la economía, según Michel Porter. Por un lado, los beneficios sociales que se derivan de estrictas normas ambientales son compensados por dichos costos. Por otro lado, los gastos de prevención y limpieza privados de la industria provocan precios más altos y menos competitividad.

La discusión sobre el mejoramiento del medio ambiente se ha convertido en una especie de conflicto, en el que una parte exige normas más rigurosas y la otra intenta volver a empezar. Dependiendo de las tendencias políticas, económicas y sociales predominantes, el equilibrio de poder se desplaza de una manera u otra. No obstante, hay casos en los que las empresas que han implementado políticas ambientales en sus operaciones organizacionales han logrado mantener su competitividad y, por lo tanto, obtener una ventaja competitiva. Si los patrones de consumo que prevalecen, la producción de energía y los desperdicios persisten, el aumento de la afluencia global tiene promesas para mejores vidas, pero también viene con un considerable riesgo para el ecosistema. La necesidad de reducir el consumo y la generación de desperdicios crea nuevas oportunidades para negocios que al mismo tiempo ayudan a la gente, a la economía y al ecosistema, al desarrollar procesos con menos desperdicios y bienes y servicios que mejoran la vida.

Es importante que los líderes empresariales vean la mejora ambiental como una oportunidad económica y competitiva en lugar de un costo molesto. Por lo tanto, se deben formular las siguientes interrogantes. ¿Estamos gastando demasiado? ¿De qué manera podemos mejorar el valor del producto? Los pioneros innovadores obtendran una gran ventaja competitiva, lo que es una amenaza inevitable para los que no actuen.