En la diana

Expectativas, riesgos y fundamentos

Primer tiro

Si existen inversionistas que toman decisiones de composición de sus carteras en base a la devaluación esperada en vez de la inflación, entonces estos evaluaran los fundamentos macroeconómicos del tipo de cambio y de la tasa de interés. El tipo de cambio ha subido, y si ellos esperan que no subirá más a corto plazo, entonces venderían posiciones en dólares e invertirían en pesos a corto plazo, realizando la operación inversa al vencimiento, con lo cual obtendrían una muy alta tasa de rendimiento, lo que convierte en racional el riesgo a correr, el cual, en los casos de inversionistas que traigan capitales del exterior, se mediría por la probabilidad de que el tipo de cambio aumente, o de que durante el plazo de la inversión aumente la tasa de interés interna en un monto mayor que la externa. La entrada de capitales, o cambio de posición desde dólares a la moneda nacional, reduciría la tasa de devaluación, pero la misma aumentaría cuando el inversionista realice la operación inversa, lo cual produciría un aumento en la volatilidad del tipo de cambio.

Segundo Tiro

Durante el pasado mes de enero la devaluación fue de 2.36%, y la anualizada de 4.85%. Con una tasa de interés internacional en la frontera del 5%, la tasa de interés interna de paridad que no toma en cuenta el riesgo país es casi cien puntos básicos menor a la tasa pasiva preferencial de los intermediarios financieros y de los mismos títulos de corto plazo del Banco Central, lo que quiere decir que la misma se encuentra en un límite en el que no hay espacio para bajar más, y con una tasa de devaluación anual esperada igual a la observada, cualquier inversionista que tome en cuenta la prima del riesgo país estaría inclinado a transferir capitales hacia el exterior. Pero la tasa de interés para inversiones de corto plazo sigue siendo mayor que la de largo plazo, y como a dicho plazo el riesgo país no se toma en cuenta, cualquier inversionista que espere que el Banco Central ejecute intervenciones para reducir la alta tasa de devaluación observada, estaría inclinado a transferir capitales hacia el interior, o a deshacer posiciones en dólares para invertir en pesos.

Tercer Tiro

En la situación actual, la paridad de interés y las expectativas de devaluación parecerían más importantes que las expectativas de inflación, y las señales del Banco Central en cuanto a su nivel de tolerancia a la devaluación, podrían ser determinantes para las decisiones de inversión por tipo de moneda. Todo indica que las erradas e infundadas expectativas de una reducción de tasa de interés empezaron a desaparecer, y podrían esperarse intervenciones cambiarias orientadas a mantener anclado el tipo de cambio actual, lo que reduciría la tasa de devaluación anualizada. Bajo estas condiciones, a muy corto plazo el tipo de cambio podría bajar, o al menos permanecer estable, pues todavía el diferencial de tasa de interés de dicho plazo podría mover entrada de capitales o cambio de posición de dólares a pesos. La expectativa infundada de una nueva reducción de la TPM no tuvieron ni tienen fundamentos. La regla de la paridad de interés es ahora dominante, pero su cumplimiento depende de muchos factores, y la expectativa de devaluación es la determinante.