Sin paños tibios
Votemos, y que gane la democracia
Al echarse las palomas, algunos reniegan de lo dicho en las últimas semanas, y, contrario al mantra repetido, ya no dan tanta importancia a los resultados de las elecciones de febrero, en tanto preámbulo de mayo.
Ahora resulta que podremos prescindir de las matemáticas; los conteos electorales; el mapa pintado de colores; la cantidad de alcaldías ganadas; la posibilidad a nivel territorial de lograr un puesto en la nómina municipal recién ganada, que sirva de estímulo para realizar esfuerzos mayores o saltos de garrocha partidarios… En definitiva, que contra el patrón histórico, ahora podemos olvidarnos de la lógica del arrastre en una sociedad donde la percepción importa tanto como la realidad.
Ahora resulta que nada de eso importa, ni mucho menos el básico instinto de supervivencia política de quienes aún querrían amarrar aquí o a allá antes de mayo, en función de la proyección a futuro de los resultados de febrero.
Gobierno y oposición apostaron al mismo caballo –febrero– y con ello, a posicionar en el imaginario colectivo la idea de la repetición diferida, haciendo que el bucle se nutriera a sí mismo.
En la recta final, Abinader apostó todo a un golpe de efecto con las municipales, y, en una jugada arriesgada (y calculada), el presidente del PRM señaló que obtendrían un 70% de las alcaldías. Al respecto, Fernández señaló el lunes que la FP sería la beneficiaría de un tsunami de votos verdes, y apenas dos días después se desdijo, indicando que el resultado de las municipales “importa, pero no es determinante”. Mientras un Abinader se arriesga a un “todo o nada”, un Fernández más comedido da a entender que –a manera de ejemplo– frente a sus actuales tres alcaldías “sólo sacando seis, ya estaríamos duplicando nuestro resultado anterior”, lo que podría interpretarse en estos momentos finales como un derrotismo innecesario; o, en el mejor de los escenarios, como una futura línea argumental defensiva; ya que es sabido su magistral manejo del discurso y de cómo, aún cruzando con unos pocos fieles el desierto más árido, es capaz de sacar agua de la roca…
Parecería que aunque las elecciones del domingo ni siquiera han comenzado, ya los bloques antagónicos comienzan a poner los cimientos de sus relatos justificativos.
Cada quien lo hará con los argumentos que tenga a mano, y todos harán una lectura de los hechos y las cifras interpretativa y acomodada, pero lo cierto es que, a lo interno de “Rescate RD”, los resultados de las municipales serán la línea base sobre la cual se discutirán todos los arreglos posteriores.
Los partidos terminaron anoche su campaña formal, pero esta seguirá en modo guerrilla a través de las redes sociales. Sin posibilidades operativas reales de controlar el espectro virtual, la JCE deberá estar alerta a los rumores, fake news y bulos que correrán de aquí al domingo, y la ciudadanía debe apoyarla y ser responsable en ello.
No es cuestión de votar o botar, la democracia aguarda por todos nosotros este domingo, y ejerciendo nuestro derecho al voto, se fortalece.