Desde mi pluma
Sí al debate
Nos encontramos a ley de días para la celebración de los comicios electorales a nivel municipal y ha sido una campaña realmente interesante. Pero, definitivamente, pudo haberlo sido mucho más si hubiésemos presenciado más debates. Tal parece que esta práctica sigue siendo una deuda pendiente de los candidatos con el buen ejercicio de nuestra democracia. En una sociedad democrática, los debates son grandes herramientas para la exposición del pensamiento.
Es importante precisar que las campañas no pueden basarse sólo en la promoción de la imagen de los aspirantes o en la trillada práctica de “dimes y diretes” entre unos y otros.
Cuando un político participa en un debate, denota que le importa la gente y sabe que se debe a la calidad de sus ideas. Cuando un político debate hace un compromiso público con la democracia. Resulta indignante el desinterés y la resistencia de los candidatos y sus partidos en participar en este tipo de eventos. Pese a que no está contemplado en la ley electoral, debería ser un compromiso genuino el participar.
Los debates no son para presentar propuestas, sino para ver a los políticos de manera más espontánea dirigirse a un público amplio y en interacción con sus opositores. Ver cómo piensan, cuáles son sus conocimientos y su carisma natural. Por esas y muchas otras razones, son los votantes los que debemos llevar la voz cantante y exigir un debate. Pero no uno donde haya un ganador o un perdedor, sino más bien uno donde sobresalgan las visiones y el potencial individual de cada quién, donde al final todos se benefician.
No interesa cuantas veces se haya repetido esto, siempre es oportuno recordar que República Dominicana merece políticos verdaderamente comprometidos, merece una campaña que brille por sus ideas. Merece líderes dispuestos a debatir por el pueblo. Nuestro país merece debates y aún más allá de merecerlo, por si aún no nos damos cuenta, por sobre todas las cosas, los necesita. Estamos a tiempo de tomarlo en cuenta para los comicios de mayo próximo.