Tribuna del Atlántico
Bukele y el autoritarismo con respaldo popular
Confirmada, la anticipada victoria de Nayib Bukele, en El Salvador, alcanzamos, la consagración de una corriente que, ha ido tomando cuerpo en los esquemas de gobierno del mundo y que me permito llamar, autoritarismo con respaldo popular, parafraseando la tesis de Bosch de los 70.
El lunes, el prestigioso jurista, Eduardo Jorge Prats, nos recordaba en X, que Hugo Chávez, ganó abrumadoramente en Venezuela, cada uno de los procesos en los que participó. Maduro sigue ganando, con el éxodo de millones de venezolanos y todo tipo de triquiñuelas, para limitar a la oposición política, como ahora, con María Corina Machado, vetada de participar en los comicios por el Trbunal Supremo de Justicia.
El Listín decía el lunes en su editorial que: “Cualquiera que sea la realidad concreta, la mejor apuesta siempre debería ser a la simbiosis, libertad y orden, sin buscar otros atajos peligrosos y nocivos para la democracia.
Hace 235 años, que en el marco de la Revolución Francesa, se proclamó, La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente francesa el 26 de agosto de 1789 que establecía con claridad principios tan elementales como que; “Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos”.
11- “Puesto que la libre comunicación de los pensamientos y opiniones es uno de los más valiosos derechos del hombre, todo ciudadano puede hablar escribir y publicar libremente, excepto cuando tenga que responder del abuso de esta la libertad, en los casos determinados por la ley”.
Que dos siglos después, esos sean logros relativos, que la emergencia de líderes mesiánicos, que resuelven, un problema, la inseguridad que reinaba con las bandas, en El Salvador, por ejemplo, y, sobre esta, construyen un relato de redención social, al precio alto de sacrificar la libertad, es como para rasgarse las vestiduras, como hubiera dicho, el siempre recordado, Orlando Gil.
El éxito de Alberto Fujimori, en Perú, fue desmantelar la estructura de horror de Sendero Luminoso, todos sabemos cómo terminó su régimen.
Argumentos, como ese de que se defienden los derechos humanos de los delincuentes y no los de la gente seria, han estado siempre en boca de los dictadores, acaso no proclamaba Trujillo, su defensa a los hombres de trabajo y a la gente seria.
¿Son los 74 mil encarcelados, por el régimen de Bukele, todos miembros de las Maras?
¿Cuántos ciudadanos humildes están presos injustamente, por un tatuaje, o porque el policía tenía que completar su cuota del día?
Para comprender mejor el drama de El Salvador, hay que tomarse el trabajo de escuchar las otras campanas, las que suenan al margen del relato oficial, en la prensa independiente, que lucha por resistir, más allá del acoso oficial.
Las campanas que resuenan allá deberían alertarnos aquí, ahora que, un liderazgo, con similares tintes autoritarios, parece asumir, la dirección de las luchas populares en Haití, el señor Guy Philippe, de quien no deberíamos olvidar las razones de su encarcelamiento en los Estados Unidos, y, lo que es peor, que el gobierno de ese país, está demasiado ocupado atendiendo otros conflictos internos y externos, para ocuparse del lado este de la isla Hispaniola.
El autoritarismo con respaldo popular, amenaza a muchas naciones del mundo, incluyendo a los Estados Unidos, amenazado ahora con la posibilidad del regreso de Donald Trump, una versión norteamericana del modelo autoritario, solo que allí, no se pueden suplantar todas las instituciones como en nuestros países.
La ola del autoritarismo con respaldo popular, ha logrado una nueva victoria en la región, aunque en el proceso electoral que se avecina en nuestro país, no hay candidatos de ese perfil, no está demás orar, para que Dios nos coja confesados y que el grupo creciente, de bukelistas dominicanos, no encuentren a quien ungir.