En la diana

Expectativa determinante

Primer Tiro

Dado el conjunto de variables internas y externas determinantes de la inflación general, y mientras no se inicie el proceso de reducción de las tasas de política monetaria de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo, es y será un error asumir posiciones esperando que el Banco Central domestico reduzca la suya, pues las entidades financieras y los inversionistas institucionales siempre deben esperar que los movimientos de la Tasa de Política Monetaria (TPM) se produzcan en función de los fundamentos reales que presenta el balance de riesgos macroeconómicos, tal y como fue el caso de la ultima decisión de mantenerla inalterada durante el mes en curso. Al igual que los mercados, un banco central se puede equivocar temporalmente, pero a largo plazo, la política monetaria siempre estará alineada a los fundamentos internos y externos. Mientras no se reduzcan los riesgos de presiones inflacionarias, y mientras no disminuyan las tasas de interés de los mercados internacionales, una nueva reducción de la TPM local seria insostenible, incoherente e inconsistente.

Segundo Tiro

Durante el pasado mes de enero la devaluación fue de 2.36%, y la anualizada de 4.85%. Con una tasa de interés internacional en la frontera del 5%, la tasa de interés interna de paridad que no toma en cuenta el riesgo país es casi cien puntos básicos menor a la tasa pasiva preferencial de los intermediarios financieros y de los mismos títulos de corto plazo del Banco Central, lo que quiere decir que la misma se encuentra en un límite en el que no hay espacio para bajar más, y con una tasa de devaluación anual esperada igual a la observada, cualquier inversionista que tome en cuenta la prima del riesgo país estaría inclinado a transferir capitales hacia el exterior. Pero la tasa de interés para inversiones de corto plazo sigue siendo mayor que la de largo plazo, y como a dicho plazo el riesgo país no se toma en cuenta, cualquier inversionista que espere que el Banco Central intervenga para reducir la alta tasa de devaluación observada, estaría inclinado a transferir capitales hacia el interior, o a deshacer posiciones en dólares para invertir en pesos.

Tercer Tiro

En la situación actual, la paridad de interés y las expectativas de devaluación parecerían más importantes que las expectativas de inflación, y las señales del Banco Central en cuanto a su nivel de tolerancia a la devaluación, podrían ser determinantes para las decisiones de inversión por tipo de moneda. Todo indica que las erradas e infundadas expectativas de una reducción de tasa de interés empezaron a desaparecer, y podrían esperarse intervenciones cambiarias orientadas a mantener anclado el tipo de cambio actual, lo que reduciría la tasa de devaluación anualizada. Bajo estas condiciones, a muy corto plazo el tipo de cambio podría bajar, o al menos permanecer estable, pues todavía el diferencial de tasa de interés de dicho plazo podría mover entrada de capitales o cambio de posición de dólares a pesos. La expectativa infundada de una nueva reducción de la TPM ha corregido parte del exceso de su disminución. La regla de la paridad de interés es ahora dominante, pero su cumplimiento depende de muchos factores, y la expectativa de devaluación es la determinante.