FIGURAS DE ESTE MUNDO

Sin afán por el mañana

“No os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal” (Mateo 6:34).

Un mensaje contra el afán y la ansiedad lo proclamó más fuerte que cualquier sabio de nuestro tiempo el Señor Jesucristo. En el “Sermón del monte”, pronunció estas palabras: “No os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal” (Mateo 6:34). La palabra “afanarse” significaba en aquel tiempo “estar ansiosos” “preocupados” “angustiados”. Por tanto, la cita de Jesús equivalía a “no tengáis ansiedad por el mañana”. En verdad, hay que planificar el mañana por todos los medios, meditando, proyectando y preparándose, pero sin ansiedades. Los antiguos romanos tenían una frase brevísima con este luminoso pensamiento. Eran solo dos palabras en latín: “carpe diem”, es decir, “disfruta el día” o “sácale el mayor provecho al día”. En el salmo 118, se confirma este remedio contra la angustia sobre el futuro: “Este es el día que hizo el Señor; regocijémonos y alegrémonos en él”. En el cristiano, disfrutar el día entraña un significado mucho más satisfactorio, a causa de la esperanza que le está guardada en el cielo.

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