Ideando

Los interactivos

Los productores de los programas de radio donde se debaten temas políticos, económicos y sociales del país y del mundo, deben entender que su gran éxito de audiencia, su poder e incidencia como medio, no descansa en el hecho de abrir los micrófonos para que la gente opine, sino en la calidad de sus análisis y en los debates que originan sus talentos sobre los temas de actualidad que desarrollan diariamente.

Nadie sintoniza el Sol de la Mañana ni el Gobierno de la Mañana, ni ningún otro espacio de esta categoría con alta recepción en el país, para oír las “opiniones” del público acerca de los temas que ellos mismos abordan con objetividad e inteligencia. Su audiencia les prefiere y sustenta esa preferencia por la calidad de sus protagonistas. Se identifica con uno u otro de sus talentos por la brillantez de sus opiniones o por la forma como las expone o por cualquier otra razón, pero no por las denuncias y vocerías, muchas veces pagadas, de los interactivos.

Nos parece que constituye un desperdicio de tiempo abrir los teléfonos diariamente para escuchar juicios políticos interesados sin valor intelectual y la mayoría de las veces sin ningún tipo de mérito analítico.

Las llamadas pertinentes podrían ser las que se realizan para hacer denuncias o plantear problemas de índole social, pero no para alabar o desacreditar a políticos y partidos. La mayoría de las llamadas llevan esa intención y regularmente son realizadas por las mismas personas diariamente.

El éxito de estos espacios está supeditado a una combinación de factores: la calidad del sonido y alcance de la estación, y sobre todo, la estatura profesional de su personal, como en los casos ya citados.

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