Empezó Haina a Moler
Vivir en gratitud
La gratitud, según la RAE, "Sentimiento que obliga a una persona a estimar el beneficio o favor que otra le ha hecho o ha querido hacer, y a corresponderle de alguna manera."
Tengo tanto que agradecer que mi lista queda corta; pero ahora quiero darles más protagonismo a mis ángeles, no a mis Judas.
Desde hace unos años paso, como cualquier ser humano, por situaciones inesperadas que te cambian el ritmo y sentido de la vida en muchos aspectos, por no decir en todos.
Es en esos momentos tan cruciales de nuestro paso por esta vida que es fundamental tener a ángeles que Dios nos envía y mirar para arriba y decir, gracias.
Aún en la tempestad tú, cambiaste tu viaje a Italia e hiciste una parada en Madrid para pasar conmigo una hora y abrazarme, aunque te costó casi un riñón; tú que cuando he necesitado cobertura para mis cachitos me dices, cuánto es y siempre estás, por eso te has ganado el título de segunda madre; tú que en medio de tu vida compleja me supiste calmar y dar esa paz que un viernes cualquiera alguien se propuso quitármela por antojo.
Las tres han sabido tomarme de las manos, mirarme a los ojos y decirme, calma, todo pasará, estamos contigo.
Cómo no vivir en gratitud, si cada paso que doy tengo a una legión de ángeles que me sostienen y saben por dónde respiro?
Cómo no dar las gracias porque sé que si un día falto, ellas estarán para lidiar por lo más sagrado que yo he podido procrear.
Gracias, mil veces gracias hermanas, porque al día de hoy seguimos hablando siempre en medio de los afanes del día a día.
Gracias a esos padres que fomentan la unión familiar a pesar de cualquier tempestad, porque la vida va de eso. Esto no es lineal, todos los días surge algo nuevo y que bueno, ya que nos recuerda que estamos vivos, saturando, respirando.
Cuando no te pase nada preocúpate, ya que puede ser la antesala de tu fin, y si aún así lo deseas, ve con dignidad y con la frente en alto, porque hacemos lo que podemos de la mejor manera posible, pero a veces las cosas no salen como queremos.
Que al final del día sepas que hiciste lo mejor que pudiste, y que muchas veces los demás no pueden dar más de lo que dan, ya que no podemos dar aquello de que carecemos.
Sólo sé que agradezco cada instante, cada aprendizaje. De eso va la vida, de aprender, ya sea por amor o por dolor.
Duele, pero no importa, gracias por la compañía.