FIGURAS DE ESTE MUNDO

Sufriendo por hacer el bien

“Mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal" (1 Pedro 3:17).

Pocas veces vez un hombre puede atacar el mal en el mundo sin sufrir persecución. Fray Bartolomé de Las Casas se dedicó, personalmente y en sus escritos, a defender a los indios en América y a denunciar los abusos de la colonización, y cuanto más ardientemente reclamaba un mejor trato para la raza indígena, tanto más ferozmente se volvían contra él los poderes que eran objeto de sus ataques. En 1514, comenzó a cuestionar seriamente los excesos de los conquistadores en el continente, y no tuvo reparo en protestar ni ponerse al lado de los dominicos en la polémica que había iniciado el sermón de Montesinos. Su obra histórica “Brevísima relación de la destrucción de las Indias”, que desde hace ya largo tiempo ha suscitado gran controversia, conmueve a los lectores como si fuera una elegía. Los enemigos del padre Las Casas han censurado al escritor que ha expresado una protesta, que hasta entonces sólo las víctimas y algunas almas sensibles se atrevían a pronunciar para sus adentros, y ella es que el modo inhumano en que los españoles trataban a los indios era radicalmente incompatible con la fe cristiana, y que se había de encontrar una forma pacífica de predicar el evangelio. Fiel a la sagrada misión, el vehemente sacerdote se dedicó, en los últimos años de su vida, a corregir y hacer publicar sus escritos, y a oponerse a la política colonial española. Por eso Perú, España y, más tarde, la Inquisición, temiendo el efecto que producían aquellas palabras, prohibieron la lectura de todos los escritos de Fray Bartolomé de Las Casas. Con razón se lee en 1 Pedro 3 y 4: “Mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal. Si sois ultrajados por causa de la justicia (y por el nombre de Cristo) sois bienaventurados, porque el Espíritu de Dios reposa sobre vosotros”. 

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