El difícil segundo párrafo
Si alguien creía que escribir el primer párrafo es lo más difícil que hay, fíjense bien en el segundo; ese sí que da problemas. Sobre todo para aquellos periodistas que recién se inician en la profesión y que, enfrentados a la pantalla en blanco, tienen que convertir en palabras exactas, comprensibles y ordenadas la idea (la noticia) que se quiere desarrollar.
Porque todo el mundo ha escrito del lead y sobre cómo éste debe ser: no un resumen de lo que se escribirá más adelante según el español Alex Grijelmo; sí “novedoso, directo y claro”, dice su compatriota Martín Vivaldi; también “dinámico y vital” agrega el ecuatoriano Hernán Rodríguez Castelo. Sin embargo, ¿cuántos teóricos del periodismo se han referido al segundo párrafo como tal?, creo que ninguno.
El tema viene de mi propia experiencia cuando me iniciaba en el periodismo en República Dominicana, allá por 1994. Tenía claro —como seguramente todos— que la continuación del lead debía ser lo siguiente más importante, no así la “ampliación” del primer párrafo como muchos creen que es (ni el tercero la prolongación del segundo, que ya es demasiado).
Entonces, ¿Con qué debía seguir? ¿Acaso con una cita directa para reforzar una declaración? ¿Con el lugar dónde se produjo tal afirmación? ¿Con las reacciones de tal o cual político presente en el mismo acto? Mentiría aquel periodista que jamás se hizo esas preguntas. La solución —esto me lo enseñó la experiencia— llegó primero con mucha práctica y oído (hacia aquellos con más años que yo), y con el paso del tiempo con mucha intuición.
“El párrafo se caracteriza por su unidad y autonomía relativas. Cada párrafo desarrolla una idea principal (y) cada idea principal requiere un nuevo párrafo”, explica el mismo Rodríguez Castelo, para quien la unidad entre uno y otro se logra con ciertos enlaces y recursos rítmicos, sintácticos y retóricos.
Mejor lo explica la española Mar de Fontcuberta, cuya técnica para vincular párrafos llamó “palabra llave”, que funcionaría más o menos como en el siguiente ejemplo de una noticia que llevé de Puerto Príncipe a Santo Domingo en marzo de 2009:
Primer párrafo: “El presidente de Haití, René Préval, restableció por decreto la participación de su país en la Comisión Mixta Binacional Dominico-Haitiana y designó a los funcionarios que trabajarán en ese organismo…”.
Segundo párrafo: “El anuncio (anuncio, ‘palabra llave’) fue hecho la noche del pasado jueves durante una cena ofrecida por Préval al embajador saliente de República Dominicana en Haití, José Serulle Ramia...”.
Unidad y autonomía relativas, como señalan los expertos; contexto, que fue lo que decidí aquella vez para mi segundo párrafo, ya que ese acto inusual convocado por Préval y al que asistieron también empresarios dominicanos, rompió el hielo que había imperado entre ambos países por varios años.