Desde mi pluma

Uno de tantos

Hace un par de días conversaba con algunos compañeros de trabajo sobre el caso del joven pelotero Wander Franco, quien atraviesa en estos momentos un complejo problema judicial al ser acusado de sostener relaciones sexuales con una menor de edad.

Superficial y prejuiciosamente, se pusieron sobre el tema de debate muchas aristas que se inclinaban hacia justificar o condenar el presunto accionar del beisbolista. De esa acalorada charla, concordamos todos en que la sociedad tiende a normalizar que personas adultos sostengan vínculos de este tipo con menores de edad sin asumir las consecuencias y, peor aún, sin que la gente tenga plena conciencia para percibir que esas conductas deben acarrearlas.

Los menores son menores, no tienen la habilidad de “consensuar” absolutamente nada, lo que significa que cualquier relación entre adultos y menores debe considerarse abusiva, por eso nuestra Constitución los protege.

Has alcanzado tu límite de artículos gratuitos

Por favor, regístrate ahora para seguir leyendo

¿Ya estás registrado? Inicia sesión aquí

Tags relacionados