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Art Basel: Nina Childress y Chatterton Willians sobre “lo malo” en las artes

La edición 2023 de la Art Basel Miami Beach sentó al filósofo (Universidad de Georgetown) y master en Crítica y reportaje cultural (Universidad de Nueva York) Thomas Chatterton Williams (New Jersey, 1961 - ) y a la artista plástica franco-estadounidense Nina Childress, abanderada del punk rock, en un diálogo sobre “La pintura, el punk y la política del mal gusto”: incitante caramelo para los intelectuales concurrentes a estos eventos.

Chatterton Williams reseñó la conversación. Para él, Childress parece “la directora de una escuela secundaria” y, para mí, una mujer compasiva de ojos tristes. Sin embargo, ella es más: enseña pintura en la Escuela de Bellas Artes de París y está en franco apogeo: sin registros de ventas en Sotheby´s o Christie´s, próximamente expondrá en el Museo de Bellas Artes de Chaux-de’Fonds de Suiza y en Art: Concept, en París.

Sin el catálogo de 1081 obras suyas publicado recientemente recurro, sí, a las imágenes disponibles en Art Basel 2023: “Sylvie, Smoke, 2023”, sobre la cual no encuentro detalles.

El conversatorio realizado en el taller de la artista parecía orientado a ofrecer nutrientes estéticos filosóficos sobre esa tétrada objetual: subcultura punk, mal gusto, política y artes. Sin embargo, recibimos muy poco. A la pregunta de Chatterton Williams “En un nivel más básico, ¿Qué significa o implica estéticamente la sensibilidad punk?”, Childress respondió: “Ser punk era una forma de ser inconformista. Entonces esto es decir, «jódete». Estéticamente es decir: «Siéntete libre de hacer lo que quieras», vinculando conductas y emociones como rasgos distintivos del Punk: repulsión, provocación, contradicciones, atracción, cosquilleo, pinchazos e inconformidad. Una subcorriente cultural ruda con “la basura” —¡no con sus lenguajes!—, como el retrato del artista Prince que ella enseñó al interlocutor: “En muchos de tus trabajos la pintura está bastante lograda”, él le dijo.

Y eso es todo sobre este tan debatido e importante tema. ¿Evidencia que los creadores actuales son incapaces de emular la teoricidad post impresionista, vanguardista y post vanguardista en la conceptuación estética? Sería riesgoso que el pensamiento artístico retorne al ámbito filosófico en vez de sistematizarse desde la empeira de las respectivas praxis.

Sin aquél catálogo a mano este juicio es relativo, aunque próximo. Observo obras suyas en galerieartconcept y ninachildress. Desconcertante variabilidad —pienso—, en todos los niveles estructurales del abordaje analítico: temático, estilístico, lingüístico, técnico, compositivo, cromático… Esta artista nacida en 1960 parecería un personaje de Luigi Pirandello buscando, no un autor —pues lo es—, sino una expresión identitaria, resumiendo, también, la experiencia y desarrollos propios. Quiere ser conceptual y realiza instalaciones con pinturas, objetos y cigarros en paredes tapizadas con retículas y flores; retratista y en sus manos la academia imbrica con el kitsch, el fotorrealismo, el verismo, la caricatura y la teatralidad. Otros “retratos” revelan sus dotes de docente. Sus sátiras expresionistas la arrastran a la crítica social propia de los expresionismos francés y alemán: Daumier, el Jinete Azul y el fauvismo de Kirchner. Mucho de este recupera Childress en su cromática, trazos, visión rápida y casi inestable de las interrelaciones entre figuras y espacios... También parece parafrasear su apellido en piezas cuasi infantiles. Aprovecha la transparencia y sutileza actuales de los acrílicos.

Para renegar de “la basura”, la pintura subcultural punk de Childress recurre a la Historia del arte, respetando los altares del oficio.

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