Contrataciones cuestionables
Nadie puede negar que la gestión de Luis Abinader ha avanzado en la aplicación de la Ley de Compras y Contrataciones, casos como el del Intrant, de Hugo Beras, y la cancelación del contrato de recogida de basura del ayuntamiento de Santiago dan muestra de eso.
Pero al final sigue pasando algo que no puede controlar la ley de Compras y Contrataciones ni Carlos Pimentel, funcionarios públicos que tienen empresas a nombre de familiares y ofrecen servicios al Estado, además de aquellos que crean procesos de licitaciones innecesarias para favorecer económicamente a alguien.
Recientemente salió a la luz el caso de Bartolomé Pujals quien firmó un contrato por más de 6 millones para que una persona creara e insertara contenido de proyectos en Twitter de la Oficina Gubernamental de Tecnologías de la Información y Comunicación. Nadie ha visto el contenido, solo dos o tres tuits diciendo que los Puntos Gob son buenos.
Éticamente es un contrato que a todas luces carece de sentido, además ese trabajo de crear e insertar contenidos y manejar momentos de crisis es propio de la Dirección de Comunicación de cada institución y según la nómina, en ese departamento hay 12 empleados.