PISA es el Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) que reúne a 34 países y tiene como objetivo promover políticas que mejoren el bienestar social y económico de la población mundial.

Eso explica, en parte, su interés en evaluar las competencias que presentan los jóvenes de 15 años cuando están al final de la etapa de enseñanza obligatoria, a punto de iniciar la educación post-secundaria e integrarse al trabajo. La evaluación se hace cada tres años, cubriendo las áreas de lectura, matemáticas y ciencias, con énfasis en el dominio de los procesos como son razonamiento, formulación, uso e interpretación y evaluación de situaciones; contenidos como cantidades, incertidumbre y datos, cambio y relaciones, espacio y forma. También se evalúan habilidades “del siglo XXI”, como pensamiento crítico, creatividad, investigación, uso de información, etc. Se recolectan informaciones de la familia, el propio estudiante, la escuela y sus docentes, a fin de explicar los resultados en su contexto.

Los resultados son ofrecidos en seis niveles de competencias: los niveles I y II son preguntas con dificultad relativamente baja; los niveles III y IV contienen preguntas de dificultad moderada, y los niveles V y VI son de preguntas con dificultad relativamente alta.

Por otra parte, se definen tres tipos de alumnos: Tipo A, con rendimiento relativamente alto, esperando de ellos que contesten bien las preguntas de los niveles I y V y, probablemente, las del nivel VI. Tipo B, de rendimiento moderado, responden bien las preguntas de los niveles I y II, pero también las del nivel III. Tipo C, de rendimiento relativamente bajo, son los estudiantes que no contestan bien las preguntas de los niveles del II al VI, y con dificultad incluso de las del nivel I.

Es evidente que los resultados promedio de nuestros estudiantes aumentaron al compararnos con nosotros, aunque siguen colocándose muy por debajo de los demás países. Al observar el comportamiento de nuestros resultados por niveles, debemos admitir que los retos aún siguen siendo muy altos. Veamos.

Matemática: mientras solo el 8% de nuestros estudiantes alcanzó el nivel II, el promedio de la OCDE fue de 69%; según el Informe, casi ningún estudiante de República Dominicana tuvo desempeño sobresaliente.

Lectura: alrededor del 25% de nuestros estudiantes alcanzó el nivel II o superior, siendo el promedio de la OCDE, 74%.

Ciencia: alrededor del 23% de nuestros estudiantes alcanzó el nivel II o superior; los de la OCDE son el 76%. Termino señalando un dato para prestar atención: “13% de los estudiantes desfavorecidos en República Dominicana fueron capaces de obtener puntajes en el cuarto superior de rendimiento en matemáticas”. En promedio solo son el 10%. Deberíamos escuchar a esos estudiantes, docentes y familias que, aún en las peores condiciones económicas, alcanzan logros altos.

El autor es Profesor del INTEC

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