POLÍTICA Y CULTURA
¡Congratulaciones al Presidente y a su canciller!
No hay dudas de la reciedumbre de nuestra política exterior, la defensa de los principios democráticos, el respeto a los cánones institucionales, el lustre de un lenguaje apropiado en la comunidad hemisférica que revela la coherencia de una política de Estado, cónsona con postulados democráticos en las relaciones internacionales del Gobierno dominicano. Hace apena un par de días, el Gobierno de República Dominicana que preside el ciudadano Presidente Luis Abinader, por voz de nuestro Canciller Roberto Álvarez, expresó su firme y categórica condena ante los sucesos recientes en la hermana República de Guatemala. El pronunciamiento específica “que los recientes sucesos en la hermana República de Guatemala sugieren un preocupante intento de desestabilización del orden democrático establecido, el Gobierno dominicano entiende que esos acontecimientos se presentan en flagrante contradicción con los principios democráticos que la comunidad internacional se ha comprometido solemnemente a defender y fomentar”. En el fondo este pronunciamiento es esencia y claridad democrática, que como especifica el pronunciamiento del Canciller Álvarez, en nombre del Gobierno dominicano, reiterando su inquebrantable adhesión a los postulados de la Carta Interamericana sumados al llamamiento colectivo por la salvaguarda de la democracia”. Si los golpistas del 25 de septiembre de 1963 en Santo Domingo hubiesen concitado el repudio de la comunidad hemisférica, apoyada en postulados de respeto a la democracia, y si la Organización de Estados Americanos, hubiese sancionado aquella trapisonda perversa contra la joven democracia dominicana, otro habría sido el derrotero de aquellas décadas trágicas donde predominó el bandolerismo y el perjuro. La reacción del Estado dominicano bajo la dirección del Presidente Abinader no admite dudas de su vocación arraigadamente democrática, apegada al Derecho Internacional y a los valores de la comunidad de naciones libres. El desorden nacional producto del desasosiego creado por una tiranía brutal de tres décadas, dio paso a las luchas democráticas que culminaron con las elecciones del 20 de diciembre de 1962, donde fue electo el Presidente Juan Bosch, en un ejercicio efímero pero pulcro y transparente de las libertades democráticas y de respeto a la dignidad humana.
Guatemala viene de luchas labradas, continuas y persistentes en defensa de la democracia y de los derechos humanos. El intento de escamoteo de los resultados de los comicios electorales en Guatemala no puede ser validado por la conciencia universal de los pueblos. Guatemala es un país hermoso, de gente buena que sufrió las embestidas del terrorismo militar más retrógrado del continente, luego de ver frustradas las experiencias democráticas de Juan José Arévalo y Jacobo Arbenz. También el desencadenamiento de la violencia ciega de grupos y sectores que perdieron su fe en la democracia, aherrojados por desigualdades espantosas y abusos opresores.
El gobierno dominicano y el Presidente Luis Abinader, han dado manifiestas y palmarias demostraciones de identificación con la democracia como sistema justo en la lucha incesante por las reformas sociales y los cambios democráticos. Defender la democracia, defender los resultados electorales que se dio el pueblo guatemalteco, apegado a valores, es un clamor americano. Y lo demuestra con creces la OEA de nuestros días, en la condena a los operativos delictuosos que pretenden desconocer los limpios resultados de las elecciones. Congratulaciones al Gobierno dominicano por su postura transparente bajo la égida de nuevos tiempos.