Conflicto Guyana-Venezuela y los inventos con RD

Hace ya varios meses que el primer ministro de Guyana visitó la República Dominicana y fue recibido con bombos y platillos en el palacio nacional por el presidente Luis Abinader.

Esta visita se producía en medio del conflicto que se creaba con Haití y que no había llegado al punto en que hoy se encuentra. Esta visita, puso sobre la mesa una carta de intención tanto del gobierno de Guyana como del gobierno Dominicano, para que se realicen inversiones en materia de exploración y explotación de petróleo, en ambos países.

Esta posibilidad se planteó como una excelente oportunidad para la República Dominicana y el gobierno de Luis Abinader se adelantó a informar, que nuestro país estaría invirtiendo en la explotación de petróleo en Guyana, siendo este uno de los países productores con mayor auge en las últimas décadas.

También que se estaría aprovechando su experiencia en la materia, para que también Guyana participara en la exploración del petróleo en República Dominicana, ya que siempre se ha dicho que tenemos yacimientos en nuestras costas, siendo los mismos que vienen desde las costas de Venezuela.

Recientemente se han tocado otros temas conexos a la soberanía del país, así como de la soberanía de Guyana y Venezuela sobre temas territoriales y hasta marítimos.

Nos parece que en el caso de las discusiones sobre el derecho al uso del mar y la demarcación territorial, el tema de las riquezas y el mismo petróleo podría ser el interés verdadero, más que un baño, la pesca y el sol del mar.

“Por falta de conocimiento perece mi pueblo”, indican las escrituras, así como también indica: y hallareis la verdad y la verdad os hará libres.

Luego de la visita del primer ministro de Guyana al país de manera coincidente, se agrandó el conflicto creado en la frontera con Haití. Mientras en la prensa nacional se hacía gala de las bondades de los potenciales negocios con este país sudamericano.

En nuestros análisis sobre la situación dominico haitiana, creada a nuestro entender con fines políticos, pues no es cierto que el problema estructural haitiano es la nación dominicana, dilucidamos algunos puntos secuenciales y coincidentes. Y entre ellos citamos esta visita de Guyana al país que hoy retocamos.

Luego de esta visita, la prensa internacional dio mucho énfasis a la crisis de Guyana con Venezuela, por un territorio que está en la frontera de ambos países y que se encuentra en disputa. Había enviado Venezuela tropas a la frontera y era previsible que sin un entendimiento diplomático o acuerdo de paz, el conflicto entre ambos países pudiera recrudecerse.

En aquel momento cuestionábamos que el presidente Abinader hiciera negociaciones para invertir en Guyana con dinero público, cuando era conocido un conflicto entre Venezuela y Guyana que no tendría buen término y que sería un alto riesgo para la República Dominicana, quien sin darse cuenta tendría que tomar partido, ya por defender sus intereses, por esa inversión potencial en Guyana.

“Una locura más del gobierno del cambio, un irrespeto a la seguridad nacional y un altísimo riesgo para la paz del pueblo dominicano”.

Sabemos de antemano, que el pueblo venezolano, por razones históricas ha tenido afinidad con el pueblo haitiano, a tal punto que ha sido definido como uno de los famosos países amigos de Haití.

Esto a pesar de la enorme acogida que tienen los migrantes venezolanos, que han venido en buena cantidad al pueblo dominicano.

Las relaciones con Guyana podrían ser incipientes y hasta consolidadas, pero el pueblo dominicano jamás debería arriesgarse en dañar las relaciones de hermandad con el querido pueblo Venezolano.

El conflicto Guyana-Venezuela no luce tener una solución distinta a un compás de espera, que vendrá necesariamente por la intervención de los tribunales internacionales, la mediación de la ONU, OEA o cualquier otro organismo de arbitraje y mediación.

Precisamente el primer ministro de Guyana está pidiendo recientemente la mediación de Cuba para buscar una solución a este conflicto, que no es nuevo, y que como aquí, es coincidente con una pre campaña electoral.

Cuanta mediocridad de nuestros políticos en Latinoamérica, ceñirse al sentimiento patriótico que ellos mismos no tienen, para buscar votos, y luego seguir defraudando y actuando como verdugos de las naciones.

En el día de hoy, vimos algunas referencias de este conflicto donde el primer ministro de Guyana comunicaba sus posiciones sobre el particular.

También el mismo referendo que debe desarrollarse en Venezuela, podría estar siendo minado por este tema, para crear un ambiente de conveniencia, al no cambio de gobierno.

Esta misma situación es la que parece se manipula con la crisis creada en la frontera con Haití, aunque al parecer, no se han logrado resultados que realmente sumen voluntades y capital político por esta situación.

En estos días se sumó el retorno del Jedi, es decir, el regreso supuestamente repatriado de Guy Philipe, líder golpista Haitiano, en momentos parecidos al de su golpe de estado a Jean Bertrand Aristide, la República Dominicana en campaña política y a dos meses de unas elecciones municipales y cinco de las presidenciales. ¡Una evidente coincidencia!

Pero el primer ministro de Guyana declaró a la prensa internacional: “Guyana ve como amenaza directa, la intención de Maduro de explotar recursos en la zona de litigio”. “Guyana pide mediación de Cuba en Caso del Esequibo”.

Estas expresiones del primer ministro de Guyana, trajeron por los moños este escrito.

Pero en paralelo, mientras Guyana lidia con su conflicto con Venezuela, Dominicana lidia con el creado por el gobierno del cambio aunque con esto arriesgue la paz y la soberanía nacional.

Y cuando usted le suma a esto los contratos de Aerodom, Intrant y otros más del gobierno del cambio, usted se asusta, y se pregunta sin lugar a dudar: ¿es que la iglesia está en manos de Lutero?

Así mismo, a pesar de la supuesta mediación de la OEA, “la ONU ofrece asistencia técnica por el conflicto con Haití”. Los chacales meten la cuchareta (Banco Mundial, FMI) pues deben dar seguimiento a su presa. Y como dice un dilecto amigo: y el pueblo dominicano comiendo bolas.

Un conflicto creado y que en lugar de lograr la unificación del país en torno a su comandante en jefe, lo que ha logrado es, una unificación del pueblo haitiano en contra del pueblo dominicano. Y como dijimos en el día de ayer: Haití no está jugando. Y no tienen nada que perder. Ni tampoco tiene miedo de arriesgarlo todo.

En cambio aquí no solo demostramos la complacencia cálida de insistir en el cumplimiento de nuestra incondicionalidad a los intereses globalistas, sino que además nos declaramos pro empresa, en lugar de asumir el patriotismo y declararnos Pro País.

Es triste tener que ocuparnos de dejar constancia de esto que vemos y más triste aún, tener que interpretarlo de esta manera.

Que honorable sería poder ver que realmente aplaudimos a un gobierno que se ocupa en hacer más feliz al pueblo dominicano y que como buen mayordomo, no permite medida alguna, que pueda deteriorar la calidad de vida de los dominicanos.

Pero no, no nos basta con un endeudamiento ultrajante para mantener el daño la estabilidad soberana del país, sino que además pretendemos forzar una ajuste fiscal, en lugar de arroparnos hasta donde la sabana nos da o recuperar los dineros tomados prestados por funcionarios de 40 años de las arcas del Estado, porque se necesitan recursos para seguir enriqueciéndonos y enriqueciendo a nuestros financistas, con proyectos que pueden esperar, luego de una necesaria austeridad y retorno a un desempeño nacional conveniente.

Ya comenzaron de nuevo los tambores de guerra y ni gobierno ni oposición tocan el tema. Una nueva reforma fiscal y que desaparezca la clase media. Esto, sumados al agiotismo rampante, a la inflación que no se puede esconder y a la Gatoflación Irritante que puedes ver en cualquier producto de consumo masivo en cualquier supermercado.

Hemos empobrecido al país, hemos castrado a una clase media que se veía pujante y pretendemos hundirla más con una nueva reforma fiscal.

Pero no importa quién gobierne la nación a partir de agosto del 2024, la familia dominicana no tolerará más ninguna medida, que empeore aun más su calidad de vida. Y la única alternativa sabia de un buen mayordomo, es no traicionar tanto, no inventar tanto, no robar tanto, no endeudarse tanto y arroparse hasta donde la sabana nos da.