VIVENCIAS
Misterio de la creación y su merecimiento
Nadie está obligado a creer lo que tanta propiedad se narra en el Génesis, Capitulo 1, que, en el “principio, cuando Dios creó los cielos y la tierra, todo era confusión y no había nada en la tierra; las tinieblas cubrían los abismos mientras el Espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas”.
En consecuencia, todo cuanto acontece sobre la creación del mundo y del hombre por Dios, esto es, sobre origen del mundo y del hombre, es un misterio de fe, que al observar la teología cristiana sobre este acontecimiento único se concluye que el “mundo creado es bueno, porque procede del querer divino”. De esta manera, el auténtico creyente, debe estar persuadido que la Creación y Dios creador, resultan esenciales para la “concepción cristiana sobre el sentido de las cosas y la existencia humana”.
Mediante la fe cristiana, entiendo, accedemos a una realidad incontestable que provee la relación que se da entre Dios y sus criaturas, que nunca debe examinarse como el “simple resultado de una deducción empírica-racional”, ya que sería, en opinión Joseph Ratzinger, construir nuestra vida colocando la esperanza en cosas efímeras.
De esta manera, observando nuestra situación existencial, Dios responde a quien le busca en su Palabra revelada a través de toda la historia, aspecto que resulta trascendente para entender todo cuenta acontece ahora de cara a lo que sería la amenaza más seria que se cierne sobre la humanidad.
Se trata de “escuchar la voz de la creación”, en la que la Tierra gime y suplica que detengamos su destrucción, algo que parece inminente.