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AGENDA SOCIAL

Inteligencia Artificial y salud

Por muchos años, el desarrollo de la tecnología ha guardado una promesa importante para el sector salud, que consiste en la posibilidad de que la atención a los pacientes sea más eficiente, que resulte más fácil identificar las afecciones médicas, incluso prevenirlas, que la tecnología le permita al médico llegar donde su intelecto y sus capacidades aún no le han permitido y que el paciente disponga de medios de diagnóstico certeros y accesibles.

Ahora, la inteligencia artificial podría presentar lo que algunos consideran el “momento Gutenberg” de la medicina, es decir, un cambio de época con un impacto positivo exponencial en calidad y cantidad, cambiando radicalmente la forma como se ejerce la medicina.

Está más que claro que la inteligencia artificial aplicada a la medicina no busca reemplazar al médico porque las condiciones humanas de compasión, empatía y pensamiento crítico serán insustituibles. Por el contrario, el factor humano será más necesario que antes porque será la garantía de la humanidad requerida en la atención de las afecciones de salud. Sin embargo, los sistemas de inteligencia artificial aplicados a la medicina aumentarán la seguridad del paciente, facilitará el manejo de medicamentos y descargará al médico de los asuntos más rutinarios para que se pueda concentrar en los temas más complejos y en las nuevas enfermedades y epidemias que están latentes.

Además, muchas áreas de la medicina que requieren de cuantiosas inversiones para el acceso a las informaciones y tecnologías más recientes tendrán acceso a la inteligencia artificial con mayor facilidad, puesto que la economía de escala garantiza la implementación con un menor costo. La Inteligencia artificial será fundamental para que países con escasos recursos superen las diferencias en el acceso, pertinencia y oportunidad de los servicios de salud.

El uso de inteligencia artificial en salud va muy avanzado, incluso con modelos parecidos a ChatGPT que han mostrado una precisión de hasta 86,5% en los exámenes que deben superar los médicos para obtener una especialización. Una vez estén completadas las pruebas y comencemos a ver la implementación de la IA en entornos reales, nos quedará dedicarnos por completo a resolver la cuestión ética.

La IA podría favorecer los intereses de los pacientes y las comunidades, pero eso dependerá de un empeño colectivo en diseñar e implementar leyes y políticas éticamente defendibles y tecnologías de IA cuyo diseño tenga en cuenta los principios éticos, como lo ha afirmado la Organización Mundial de la Salud. Por eso es tan importante generar discusiones como la que promueve el Listín Diario.

La evolución de la inteligencia artificial en el campo de la salud será rápida, surgirán innumerables aplicaciones, algunas exitosas y otras que serán un estrepitoso fracaso.

Lo importante es que tanto la OMS, como la OPS y los organismos locales de salud, comprendan este desarrollo tecnológico, actuando de manera proactiva publicando orientaciones y herramientas específicas para evitar ambigüedades en la implementación de nuevas tecnologías.

Lo más importante será que las autoridades abracen a la inteligencia artificial como una oportunidad para mejorar la salud, disminuyendo los costos mientras se mejora la salud de las personas.