Ayer en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, la ONU, con el lema "Únete", pretende este año que todas y todos nos acerquemos a los movimientos feministas, con la finalidad de asumir que esta problemática es responsabilidad de todos y todas, de lo contrario seguirán siendo asesinadas cinco mujeres cada hora por un miembro de su propia familia.
Los judas los tenemos al lado, no solo en la Biblia, se creen merecedores de nuestro cuerpo, de nuestras vidas.
Da igual la clase a la que pertenezcas, hagas lo que hagas, si te llegó tu Judas, solo por ser mujer, lo tienes que identificar y adquirir distancia para evitar represalias.
Sé que no es tan fácil alejarse, muchas veces nos atan los hijos, el dinero, la costumbre, pero nada en este mundo vale la pena ante la humillación, la soberbia de un hombre en su pleno juicio, que solo ejerce la autoridad de forma desproporcionada por sentirse superior y dueño de un cuerpo que se entregó con amor sin contar que detrás de ese galán existe una auténtica bestia.
Cuando eres maltratada, agredida, violentada, la mayoría de las veces te culpan, y quiero dejar muy claro, a las víctimas nunca se les puede culpabilizar, pero claro, al vivir en el sistema arcaico que vivimos, ¿Qué más se puede esperar?
Nadie es dueño de nuestros cuerpos, de nuestros ideales, de nuestra esencia.
Pedir ayuda a tiempo es fundamental para evitar dejar niños huérfanos, o simplemente un padre y a una madre que seguirán viviendo, pero muertos en vida.
"Judas demostró que no todo el que besa, ama". (Mario Benedetti)