Impuestos y clases sociales
¿Cuáles son las preocupaciones de cada una de las clases sociales dominicanas?
La clase media alta y alta se preocupa, ante todo, por aumentar su riqueza y después su salud para poder disfrutarla. Los grandes empresarios de este grupo tienen influencia política, son negocios familiares y forman oligopolios para mantener alta su rentabilidad.
La clase media, lucha por mantener su empleo y no caer a la clase media baja. Son mayormente asalariados, abundan los profesionales y técnicos independientes y muchos son pequeños empresarios.
La clase media baja lucha para no caer en la pobreza, donde la diferencia es estrecha. Muchos son microempresarios, asalariados con ingresos bajos o trabajan independientes. Las remesas y subsidios también ayudan a familias de este grupo.
Y los pobres se preocupan por la educación de sus hijos para salir de la pobreza. Son pobres porque trabajan por un salario menor que el mínimo, abunda el subempleo, se la buscan en la calle o sobreviven por las remesas y los subsidios del gobierno.
El sector privado es el que mueve la economía, crea empleos, consume, invierte y ahorra. Y eso incluye grandes, medianas, pequeñas y microempresas. El problema son los bajos salarios por la doble tributación y baja productividad por la falta de innovación.
¿Qué papel juega el gobierno? Incentivar la inversión privada a través de la política monetaria, porque son los que crean más empleos formales y reducen la evasión fiscal, que acentúa la brecha entre ricos y pobres.
A la clase media y baja le da empleo en el gobierno, pero también subsidios al congelar los precios de algunos alimentos, combustibles y vía seguridad social.
El grueso del gasto público se centra en infraestructura, pago de intereses, salud, educación y subsidios directos a los pobres. El mayor problema es lograr que entre estos 4 grupos sociales la riqueza sea mejor distribuida.
¿Como se logra? A través de la política fiscal. Con una evasión del 40% y un 55% de informalidad en el empleo, es imposible estrechar las diferencias de clases. Tampoco es posible bajar la deuda y los déficits.
Por ello, la nueva reforma fiscal tiene que reducir drásticamente esa evasión, tanto del ITBIs como del ISR, penalizarla con más fuerza y bajar la informalidad en el mercado laboral aplicando nuevas regulaciones a los negocios informales que no pagan impuestos ni seguridad social. Pero eso también requiere eliminar la doble tributación.
Una compleja ecuación donde nos jugamos el futuro, pero que pocos entienden y nadie quiere aceptar.