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Sabiduría o inteligencia

Según Jack Ma, millonario chino fundador De ALIBABA, las personas inteligentes saben lo que quieren y los sabios saben lo que no quieren.

Básicamente, la sabiduría, según el libro de los Proverbios, es “el arte de alcanzar el éxito, de formar el plan correcto para llegar a los resultados deseados. Su asiento es el corazón, el centro de la decisión intelectual y moral”.

Un líder es inteligente, pero una maquina siempre será mas inteligente usando un simple chips. Pero esa máquina jamás será más sabia porque no tiene corazón.

Por ejemplo, el éxito empresarial de Don Pepin Corripio es debido fundamentalmente a su sabiduría más que a su inteligencia. Esa extraordinaria percepción que posee para los negocios solo es posible con lo que le dice su corazón.

“Es común asociar la sabiduría con el coeficiente intelectual de las personas. Cuanto más alto sea el coeficiente intelectual, más sabia es la persona… ¿Verdad? ¡Se equivoca!” El coeficiente intelectual se trata de como la persona implementa los conocimientos que aprendió, pero la sabiduría es mucho más profunda que eso.

Einstein, físico alemán y uno de los más grandes genios de todos los tiempos decía “Una persona inteligente resuelve un problema y una persona sabia lo evita”.

Otro ejemplo es Warren Buffet, cuya gran fortuna y éxito en los negocios se ha debido fundamentalmente a su sabiduría. Le llaman “guro de las finanzas” porque generalmente sabe cómo evitar problemas en los mercados financieros. La inteligencia no puede prever un colapso de los mercados, pero la sabiduría si puede detectarlo.

Un empresario inteligente puede tener éxito en los negocios. Pero mantenerlo a través del tiempo solo es posible con sabiduría.

Una persona de mediana inteligencia (IQ de 90-100), con los años puede perder parte de ella, pero adquiere algo más importante: Sabiduría. Con ella puede seguir aportando conocimientos en la vejez. Además, su mejor percepción del mundo lo acerca mucho más a la realidad.

La inteligencia artificial desplazara definitivamente la inteligencia humana. Pero jamás lo hará con la sabiduría. Y la sabiduría también sabrá hasta donde deben llegar los límites de la inteligencia artificial.

Jamás olviden que muchos asesinos seriales tienen generalmente un altísimo grado de inteligencia (IQ sobre 150), pero no tienen corazón.

Finalmente, en palabras del Apóstol Santiago, Jesucristo era ante todo un hombre sabio y eso se lo otorgó Dios por su profunda fe en el padre celestial. Con fe en Dios y humildad, todos podemos conseguir que nuestro corazón se llene de sabiduría.