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TESTIGO DEL TIEMPO

Abinader asciende pendiente jabonosa

El presidente Luis Abinader y sus estrategas han sido exitosos creando la percepción de su alta popularidad y “seguro” triunfo de su propuesta reeleccionista “en primera vuelta”.

Varias cosas conspiran peligrosamente contra ese proyecto, como la crisis con Haití y sus efectos sobre la economía.

Los millones de dominicanos que vivían del interrumpido comercio con Haití, no están muy contentos con la reelección. La mano de obra barata es esencial para cualquier crecimiento económico, el éxodo de haitianos está limitando esa importante oferta, creando nuevos descontentos entre los sectores empresariales.

Estados Unidos no es una “nación de inmigrantes” porque sí, lo es porque esa mano de obra barata es crucialmente importante para su crecimiento económico. El modelo dominicano es una copia del estadounidense, la industrialización dominicana empezó con mano de obra barata importada, nosotros los cocolos, después los haitianos, ahora se van.

Además de apagones, altos precios, aumentan peores descontentos en las bases mismas del gobernante Partido Revolucionario Moderno (PRM).

En las redes circula el video de una dirigente oficialista provincial de La Romana, diciendo que “estamos en el gobierno y se está sintiendo la miseria”, se quejó. Lamentó que los “compañeros están sudando” y no tenían “ni una botellita de agua fría”, las mismas que sobran en reuniones “importantes” de funcionarios y jefes partidarios.

En el Cibao, donde vive un tercio de los votantes dominicanos, han hecho siete huelgas en tres años de gobierno, en promedio, cada cinco meses y medio.

Todos sabemos que la guerra económica entre las grandes naciones, sumada al conflicto de Medio Oriente, tendrán consecuencias devastadoras para nuestra economía, suministros y estructuras de precios.

A todos los descontentos, se suma algo muchísimo peor. La oposición está unificada para las elecciones municipales de febrero, extenderán la alianza a las presidenciales, múltiples descontentos nacionales, y una oposición unida, son una fórmula infalible. Históricamente, cuando la oposición se unifica, el gobierno pierde.

Estas realidades no se cambian con percepciones mediáticas.

Buscando la reelección, Abinader está ascendiendo una pendiente jabonosa.