La dinamita fue creada por Alfred Nobel para el bien de la humanidad, para poder darle al mundo un instrumento para resolver problemas.

Los seres humanos han hecho de la dinamita una herramienta de guerra, de batalla, de lucha y de muerte.

Por eso hemos de volver siempre a pensar cuántas veces los instrumentos para el bien y la paz se pueden convertir en medios para el mal.

Y somos nosotros los seres humanos que lo hacemos.

La ciencia debe estar siempre al servicio de la paz y del bienestar de la humanidad.

Una ciencia que no tome en cuenta esto, es un peligro.

Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos. 

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