Cariñosamente Manolito
Era un agitador cultural incansable. Un defensor de los escritores de provincias. Un consagrado hombre de letras. Un poeta, ensayista y novelista importante del país. Un articulista encantador. Un laureado intelectual dominicano. Una figura admirada y respetada en Pimentel y en toda la provincia Duarte. Un hombre apasionado con sus amigos. Un sibarita de la geografía nacional a través de su turismo literario junto a Freddy Gatón Arce. Un conversador ameno. Un hombre entregado en cuerpo y alma a la literatura. Un investigador culinario empedernido. Ese era Manuel Mora Serrano. Cariñosamente Manolito. Un escritor sin pausa. Apreciado por sus amigos porque se dejaba querer. Un intelectual con una vocación casi enfermiza en proteger y orientar a los jóvenes escritores. Un hombre que vivió para la literatura y que de ella hizo su amante principal. A ese gran dominicano lo despedimos hoy con lágrimas en los ojos. Su partida dejará un gran vacío en la isla y en el universo de nuestros afectos.
Y como ha dicho Pedro Conde: tan fácil de querer como difícil de olvidar y de aceptar que no está con nosotros.
Escribir sobre él y despedirle, es una verdadera tragedia para mis sentimientos y un pesar tremendo para la hermandad que siempre nos profesamos. Sé que su partida me dolerá mucho y dejará un vacío eterno en mí y en mi familia.