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vicisitudes

Nos arropa un nefasto sistema de salud

Emergencia del Hospital Moscoso Puello

Emergencia del Hospital Moscoso PuelloJorge Martínez / LD

Quizás ha pasado poco tiempo para ver algún cambio en el sistema de salud de República Dominicana, pero para mí ha sido una eternidad desde aquel 1 de noviembre de 2022, día en el que ‘Mamá’ (mi abuela) se fue ante nuestros ojos, luego de haber vivido las noches y los días más largos, pasando mil y una penumbras en varios hospitales y clínicas de este país.

Da pena y vergüenza que aquello que debería ser garantizado por el Gobierno esté al azar y suerte para muchos.

Hace un año hospitales y clínicas estaban al tope, la disponibilidad de camas era nula, hoy en día, con 13 fallecimientos y más de 14,000 casos sospechosos de dengue, la cosa está peor. Ahora, no hay dónde ubicar a más personas con síntomas de este mal.

El Ministerio de Salud Pública cuenta con un presupuesto de RD$ 137,789 millones; sin embargo, en ocasiones centros carecen hasta de gazas. La mediocridad es tanta, que la población tiene escasez de información sobre la epidemia que nos ahoga.

Los centros están a su capacidad máxima, con las peores condiciones que un ser humano podría vivir.

El Hospital Moscoso Puello se ha “convertido en una ruina”, así lo describe el presidente del Colegio Médico Dominicano (CMD), Rufino Sénen Caba.

Mamá y yo lo vivimos en carne propia. No solo la “ruina” del Moscoso Puello, sino el trago amargo que es “mendigar” ayuda médica.

Recordar que en el Moscoso Puello las sillas de ruedas, no tenían ruedas, aparte de las pésimas condiciones y que muchas permanecen oxidadas, me llena de importancia y dolor.

Que en el Centro Médico Alcántara & González, el personal fue inoperante e inhumanos me produce rabia.

Imaginar la sala de emergencias de la Plaza de la Salud, en la que una madre rogaba porque le atendieran a su hija embarazada sin recibir ayuda, y luego ver a un padre airado por la falta de empatía ante el cortante trato de un personal que está supuesto a ayudar, parte el alma.

Hace un año desde que ‘Mamá’ respiró por última vez, ese martes a las 9:50 de la noche, pero se siente como si fue ayer.

Al final del día más personas mueren y no sabemos si toda la culpa sea por el mal que les arrancó la vida o por el deplorable sistema de salud que nos ha tocado.

Ramona Dolores García de Jesús permaneces viva en la mente y corazón de tus hijas, nietos, nietas y demás familiares.