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Leonel sintoniza con Haití en sus ataques al Gobierno dominicano

El discurso político del líder de la Fuerza del Pueblo, Leonel Fernández, siempre hay que escucharlo, analizarlo e interpretarlo, como a todos los ilustres expresidentes de nuestro país. Sucede, sin embargo, que últimamente su prédica está desenfocada y en su secular atino en el análisis político, la mayoría crítico contra el Gobierno y su presidente, Luis Abinader, se le denota espídico y sin apuntar claro a sus objetivos. Entre otros tantos, hay tres problemas capitales que le desvirtúan sus mensajes.

Primero. Leonel Fernández desveló la verdadera razón de su aparente discurso dominicanista y de patriotismo cuando se vio en la obligación de encarar la crisis con Haití y el problema de la migración de sus nacionales.

Segundo. Cuando los organismos internacionales atacaban sin piedad al país y el Gobierno se plantó firme con su política migratoria, Leonel se mantuvo en silencio solo roto para censurar al Gobierno. No quería tratar sobre la causa, sino el efecto. Sus declaraciones se forjaban al amparo del calor popular y ante el riesgo de verse sobrepasado por la realidad de los hechos.

El tercer ángulo del triangulo donde está enredado Fernández, como si en un estado ilusorio se tratase, se constata en su postura frente al diferendo con Haití por la construcción de un canal para el trasvase de agua del río Masacre.

En la mas reciente entrega de su Observatorio Global, Leonel empieza, inteligentemente, reconociendo que la República Dominicana tiene todo el derecho de exigirle a Haití la suspensión de la construcción del canal de desvío de las aguas del río Masacre o Dajabón y que esto afecta nuestra soberanía e integridad territorial.

Pero no refiere que fue justamente eso lo que llevó al presidente Abinader a pararse firme ante Haití, urgiendo a la unidad de todas las fuerzas políticas, ignorado por Fernández hasta el día de hoy.

Fernández, que antes había afirmado que el Gobierno era culpable por haber aceptado el desvío de agua del Masacre, asegura en su escrito que Haití lo hizo de manera unilateral, que no cumplió con el Tratado de Paz, Amistad Perpetua y Arbitraje de 1929, el Protocolo de 1936 y viola el artículo 11 de nuestra Constitución. Pero de nuevo no menciona que eso fue precisamente lo que reclamó en todo momento el Gobierno del presidente Luis Abinader de la mano de la unidad política, consenso que nunca se ha producido.

El expresidente explica que en una declaración conjunta de cancilleres de la República Dominicana y de ese país, del 27 de mayo de 2021, se estableció que “la obra iniciada en el río Dajabón o Masacre para la captación de agua no consiste en un desvío del cauce del río”. No obstante, su memoria selectiva le evita mencionar la declaración dominicana del pasado día 4 de octubre, en la que el canciller Roberto Álvarez aseguró que la declaración conjunta de la Comisión Mixta Binacional sobre el río Masacre “no tiene ninguna fuerza jurídica” porque no incluye su firma ni la del presidente.

Llama también la atención su crítica al presidente Abinader por el despliegue militar en la frontera ante un Haití retador y una obra ilegal, para cuya construcción el criminal líder de pandillas, Jimmy Chérizier, alias “Barbecue”, ofreció apoyo en dinero y armas. Fernández no condenó este apoyo de "Barbecue", pero sí le puso el frente a los soldados dominicanos que fueron despachados a proteger la frontera dominicana.

Mientras el primer ministro haitiano, Ariel Henry, decía que el canal no tenía marcha atrás, el exmandatario solicitaba la reapertura de fronteras; abogaba por medidas profilácticas y una resolución pacífica mientras Haití seguía desafiante, asegurando que el canal sería construido y dejaba la protección de la obra a civiles armados.

Llama la atención en la reciente publicación de Fernández su condena a que los haitianos radicados en el país presionen para que se suspenda la construcción del canal y se permita la reapertura de la frontera. También se ha mostrado crítico con la rehabilitación del canal de La Vigía y el plan de construcción de la presa de Don Miguel.

Fernández tendrá que hilar fino porque se ha desatado una ola de reclamo en la calles para que se mantenga el cierre de la frontera y la defensa del país. Ya ese fervor está hirviendo en las calles. Y parece que esa tempestad no habrá quien la pare por muchos reparos que ponga Leonel Fernández.

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