Desde mi pluma
Una espera interminable
Un profesional de la salud pasa en promedio más de una década en formación, solo alcanzar el título de doctor en medicina en República Dominicana puede tomar hasta ocho y nueve años.
Todo esto sin contar con la serie de procesos que deben agotar propios de la profundidad y delicadeza de su oficio que van desde pasar por preinternado, internado, prácticas extenuantes hasta tomar un riguroso examen para poder concursar por una residencia en la que, entre miles, solo unos cuantos pueden optar por un espacio en algún hospital.
Lo peor es que una vez se alcanza todo esto, por ley, los médicos necesitan un exequátur para poder ejercer su carrera, del que quiero hablarles en esta ocasión.
El exequátur se ha convertido en muchos casos, en una odisea burocrática que pone a prueba la paciencia de cualquier solicitante. La primera dificultad radica en la recopilación de todos los documentos requeridos, que a menudo incluyen legalizaciones que implican gastos adicionales y trámites complejos. Esto ya puede desalentar a muchos, pero es solo el principio.
El proceso en sí, que debería ser ágil y eficiente, suele extenderse durante meses, a veces incluso años. La carga de trabajo de las autoridades responsables es elevada, y el personal encargado de procesar los exequátur se ve abrumado por la demanda, lo que resulta en retrasos constantes. Y, aunque es comprensible esa situación, los médicos quedan atrapados en un limbo legal, sin poder ejercer sus profesiones o tener seguridad jurídica en el país.
La burocracia excesiva es otro problema que dificulta aún más el proceso. Los constantes desplazamientos a distintas oficinas gubernamentales, la obtención de certificados y la espera interminable de resoluciones crean una experiencia agotadora. Muchas veces, quienes buscan un exequátur deben dedicar tiempo y recursos considerables, lo que no solo es un obstáculo para su vida laboral, sino que también puede generar costos innecesarios.
Resulta absurdo que en plena era digital, cuando el Gobierno ha resaltado como logros la facilitación de los procesos burocráticos, nuestros jóvenes médicos, y no solo ellos, sino profesionales de otras áreas sigan “pasando trabajo”para poder conseguir un exequátur al que tienen absolutamente todo el derecho sin que las autoridades competentes hagan lo propio para tratar de agilizar este trámite.