TESTIGO DEL TIEMPO
Danilo garantizará la reelección
El ex presidente Danilo Medina administra muy bien su salud, siempre que enfrenta serias dificultades políticas, se enferma.
El 23 de febrero del 2015, Medina reinauguró el hospital doctor Darío Contreras, gastó RD$1,600 millones, “el mejor hospital de Latinoamérica”. Todos notaban que el rostro del presidente estaba irritado, inflamado, e hizo una “visita sorpresa” a Miami, a tratarse una “dermatitis”.
¿El “mejor hospital Latinoamericano” no trata dermatitis?
Medina salió del país para no coincidir con el narcotraficante Quirino Ernesto Paulino, que llegó a “cobrarle un dinero” al ex presidente Leonel Fernández. El rostro de Medina somatizó las tensiones de la llegada del narcotraficante “cobrador”. Y Medina aseguró la candidatura presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en el 2016.
En el 2018, en Pekín, China, la cara de Medina se puso igual que en el 2015, algo supo, su rostro se inflamó e irritó, huyó. Acortó su visita.
Iniciando este año, todos esperaban que el “Ministerio público independiente” del presidente Luis Abinader citara a Medina. Tiene dos hermanos, su ministro Administrativo de la Presidencia, su ministro de Hacienda y su jefe de seguridad presos, otra vez, Medina se declaró enfermo.
“He sido diagnosticado con cáncer de próstata”, dijo, expreso mi profunda solidaridad con todo enfermo. Medina está “enfermo”, para evita ir preso, pero saludable para impedir alianzas opositoras que derrotarían al gobierno.
Un auténtico líder enfermo, Peña Gómez, le entregó sus últimos suspiros al partido por el que vivió. Medina, como “líder”, no defiende su propia sangre (hermanos) ni colaboradores cercanos, y sacrifica su partido para no caer preso. Aseguró un lugar privilegiado en la antología del liderazgo infame, reprochable, despreciable, que nadie debe ejercer ni seguir.
Claramente, Medina garantizará la reelección. Medina es como la niñita de las flores, tirando pétalos en las bodas de Abinader y la reelección.
Los políticos lo manipulan todo sacando ventajas, por eso no creo en políticos enfermos, creo en políticos muertos.
La política se redujo a un asqueroso juego de traiciones y deslealtades, individuales y colectivas.