TESTIGO DEL TIEMPO

Los traficantes de ilusiones

Primero nos convencen de creer todo lo que quieren que creamos, repitiéndolo constantemente, y poniendo otros a repetir la ilusión que estén traficando.

Durante tres años repitieron que el presidente Luis Abinader es “honesto”, en el país esa es “la verdad”. Resulta en extremo sospechoso que inviertan muchísimo dinero público convenciendo al contribuyente de que el presidente es “honesto”.

La realidad es total y absolutamente irrelevante, importante es que creamos exactamente lo que ellos quieren que creamos. Y si creemos algo diferente, lo declaran “teorías conspirativas”.

Abinader viajó a Nueva York para recibir un “reconocimiento” de una organización fantasma; por garantizar la “seguridad pública”, debemos creer en su “buen trabajo” contra la delincuencia. Retornó a inaugurar el “Banco de Reservas, un gran triunfo”, debemos creer. Nadie puede depositar ni retirar dinero del “banco” que Abinader “inauguró”, es otra ilusión.

Ahora, trafican la ilusión de “grandes triunfos diplomáticos”. Tras tres años de “intensa labor diplomática”, Abinader “finalmente logró” que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobara enviar una fuerza militar internacional a Haití.

Recordemos la resolución 181, del 1947 que ordenó crear un estado judío y uno palestino. Transcurridos 77 años, el Estado Palestino no existe; no importa lo que la ONU decida, importante es lo que quieran los países ricos. Y esos países nos dijeron, vía el secretario de Estado Antony Blinken, que debemos ponernos de acuerdo con Haití “cuanto antes”.

Kenya encabezaría la fuerza internacional con 1,000 policías, pero no los enviará, el “gran triunfo diplomático” es otra ilusión. Ahora tenemos el “Pacto por la Defensa de la Soberanía Nacional”, el abogado Juan Manuel Castillo Pantaleón se negó a firmarlo, porque tenía “agendas empresariales escondidas”.

“En Haití no hay gobierno”, dicen, pero encuentran empresarios para negociar. Ahora Haití no comprará nuestras exportaciones, entonces nosotros perderemos US$100 millones mensuales, unos US$1,200 millones anuales, y nuestro segundo socio comercial, seguramente Abinader no ganará las elecciones. Si Haití se mantiene firme, puede derrumbar al gobierno de ilusiones de Abinader, como un castillo de naipes.