POLÍTICA Y CULTURA
El lábaro patriótico de Núñez de Cáceres
El 1° de diciembre de 1821, José Núñez de Cáceres proclamó el nuevo Estado bajo el nombre de Estado Independiente del Haití Español. Esta declaración en su esencia libertaria se produjo en un momento en que los pueblos latinoamericanos habían logrado su independencia o luchaban por ella. Las ideas que habían germinado de las corrientes liberales del pensamiento europeo, penetraron entre nosotros, y a esto se unió el deseo de una clase social importante en la recomposición del poder político material, los hateros.
Núñez de Cáceres, maestro y locuaz expositor de las ideas nuevas, bajo el manto de la impotencia política y la inconsecuencia de Bolívar. Atado a compromisos previos, fue un caballero del pensamiento social e independiente de su tiempo. Se le atribuye no haber proclamado la abolición de la esclavitud en Santo Domingo, al asumir las riendas de la Independencia efímera, pero aun suponiendo que lo hubiese hecho, esto no habría impedido la invasión de Boyer, esto no habría imposibilitado que Bolívar le negara el apoyo, atado como estaba a sus compromisos de deudas de gratitud con los haitianos. Se puede diferir y hacer anotaciones críticas a Núñez de Cáceres por no haber establecido la abolición de la esclavitud en Santo Domingo, pero no hay constancia de que se declarara en algún momento defensor de la esclavitud. Su posterior magisterio en el destierro en Universidades mexicanas lo vinculan a un pensamiento liberal avanzado para su época. A propósito por su oportuna consideración histórica, me permito citar dos observaciones hechas por el historiador y ex presidente dominicano, Dr. Joaquín Balaguer sobre Núñez de Cáceres: “Basta a la Gloria de Núñez de Cáceres, como escritor, los documentos que redactó en las tres ocasiones solemnes en que le tocó asumir la representación del país para proclamar su derecho a ser libre o para exigir de la Metrópoli el remedio requerido por los males de la colonia: la Declaratoria de Independencia del Pueblo Dominicano, proclama dirigida al mundo y redactada con la elevación propia de la grandeza de aquel momento histórico; el discurso que pronunció el 9 de febrero de 1822, para entregar a Boyer las llaves de la ciudad de Santo Domingo, donde increpa al déspota advirtiéndole que las desemejanzas de costumbres y el idioma establecían entre las dos porciones de la isla un muro infranqueable como los Alpes y los Pirineos”, así como la exposición que el 26 de junio de 1813, elevó al Mariscal de Campo, Carlos Urrutia, donde pinta, con lenguaje patético, la situación del país, amaestrado por las vicisitudes, y donde declara con arrogancia que el hombre a quien le asiste la verdad permanece imperturbable hasta cuando sobre su cabeza se desploma la máquina del mundo”.
La ocupación haitiana de 22 años se caracterizó por la opresión y negación de los derechos y libertades públicas, por el control férreo del aparato de Poder del Estado, por la transculturización, el despojo gradual y absoluto de las calidades identitarias del ser nacional, intento por homogenizar culturalmente los dos pueblos que comparten la isla bajo el predicamento de que la misma es una e indivisible. El juicio de Balaguer es correcto, viabiliza el proceso social hacia un ordenamiento histórico inaplazable. El Doctor Balaguer conceptualizó en Núñez De Cáceres, un símbolo enhiesto del carácter y la firmeza del patriotismo nacional.