Empezó Haina a Moler
¿Las tres causales para cuándo?
El aborto nunca debe ser un método anticonceptivo y si así fuera, es una irresponsabilidad y una falta de educación sexual.
En República Dominicana, en pleno siglo XXI, se está pidiendo la despenalización del aborto en tres circunstancias, las llamadas tres causales que son cuando el embarazo represente un riesgo para la vida de la mujer, si el embarazo es fruto de violación o incesto y cuando existan malformaciones fetales incompatibles con la vida.
Tanto un embarazo como un aborto se pueden vivir como un trauma, ilusión, alegría, esperanza, una vergüenza, duelo; influyen muchos factores, como por ejemplo, si es un embarazo deseado o no, si es producto de una violación o incesto, la cultura, las creencias religiosas, padecer una enfermedad, etc.
Tenemos que ser conscientes de que el abortar lleva consigo, ya de por sí, una estigmatización y más en sociedades donde está penalizada esa práctica.
No podemos olvidar que desde UNICEF se recalca que “Nuestra misión es hacer que los derechos de los niños sean una realidad en todos aquellos países en los que trabajamos, incluidos los países desarrollados. Derecho a una vida saludable, a una educación de calidad y a estar protegidos contra todo tipo de abuso y violencia”.
“La Convención sobre los Derechos del Niño es algo muy serio y supone un reconocimiento del deber de proteger a los menores de edad de injusticias graves que pueden limitar sus posibilidades de desarrollo y que pueden causarles problemas y sufrimiento.”
El despenalizar el aborto no obliga a nadie a abortar si no quiere, pero los gobiernos tienen la responsabilidad de legislar para todos y todas, dar opciones y que sea la víctima o la paciente que decida con total libertad.
Obligar a una niña a ser madre de su propio hermano, es cruel.
La maternidad no debería ser una exigencia establecida por la moral, la ley o la autoridad. Porque un hombre y su gameto (espermatozoide) no pueden decidir por la víctima, eso es violencia en cualquier parte del mundo.
Respetar que las mujeres podamos decidir qué hacer con nuestro cuerpo y nadie más, es lo justo.