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MIRANDO POR EL RETROVISOR

Hagamos viral la salud mental

El pasado domingo colapsó el techo de una iglesia en México durante una misa, con un saldo de 11 fallecidos. La información se difundió rápidamente por agencias de prensa y medios de comunicación internacionales.

Cuatro días después, en el plano local, el hallazgo de los cuerpos de seis recién nacidos frente al cementerio Cristo Salvador de la capital, al igual que la tragedia en México, alcanzó una amplia difusión en medios y plataformas digitales nacionales, incluso con reacciones inmediatas de sectores vinculados al tema.

Ocurre regularmente con las tragedias, rápidamente se viralizan o son tendencia en medios de comunicación y redes sociales, acaparando la atención de la opinión pública y generando los “comentarios”, “views” y “compartida” que tanto valoran los medios digitales.

Y esa es la razón de que esas noticias tengan espacios privilegiados en medios impresos y online.

Poco interesan hechos positivos de destacados dominicanos, como por ejemplo que el antropólogo Fernando Luna Calderón hallara los restos de un cacique y su esposa; que el médico Miguel Canela Lázaro descubriera un ligamento llamado Rouviere-Canela; los aportes a la botánica de Rafael María Troncoso y que una investigación de José Rodríguez Soldevila redujera de 512 a 509 los músculos del cuerpo humano.

Con la salud mental pasa igual, pese al impacto que tiene en diferentes ámbitos de la sociedad, no recibe la atención que merece de las autoridades y la abogacía de una sociedad que solo se fija en ella cuando se topa en las calles con un enfermo mental deambulante, sucio, andrajoso y maloliente.

Ese es el motivo de que tantos aboguen en el país por la vuelta a la etapa superada del manicomio, reclamando su reapertura, porque lo ideal siempre ha sido mantener encerrados a quienes siguen siendo la “cara fea” de la sociedad.

Tomando en cuenta esa cruda realidad y con la intención de visibilizar, en lugar de esconder los trastornos mentales, la Organización Mundial de la Salud (OMS) conmemora el próximo 10 de octubre el Día Mundial de la Salud Mental 2023 con el lema “La salud mental es un derecho universal”.

El objetivo es que las personas y las comunidades se unan en torno a una salud mental inclusiva, a fin de mejorar los conocimientos, sensibilizar e impulsar medidas que promuevan y protejan a quienes padecen diversos trastornos psicoemocionales.

“Todas las personas, sin importar quiénes sean ni dónde estén, tienen derecho a gozar del grado más alto posible de salud mental, lo que incluye el derecho a ser protegido de los riesgos para la salud mental; el derecho a una atención disponible, accesible, digna y de calidad; y el derecho a la libertad, la independencia y la integración en su entorno social”, plantea la OMS en una reflexión con motivo de la fecha.

El organismo de Naciones Unidas llama la atención de que una de cada diez personas en el mundo padece algún problema de salud mental, con la advertencia de que cada día más adolescentes y jóvenes forman parte de esa lamentable estadística y de los suicidios que provocan a escala planetaria, uno cada 40 segundos.

El Ministerio de Salud Pública reveló el mes pasado que en su línea telefónica de asistencia psicológica “Cuida tu salud mental”, entre 11% y el 13% de las llamadas que recibe son de ciudadanos con ideas o pensamientos suicidas.

De las 4,400 llamadas recibidas desde la puesta en marcha del servicio, 64% alegaron sentir tristeza, 50% ansiedad, 36% angustia y un porcentaje menor trastornos del sueño.

Pero esos datos tan preocupantes pasaron como noticia de un solo día en los medios de comunicación, pese a que cada año se suicidan en el país un promedio de 550 personas, a diferencia del dengue, para solo citar un ejemplo, que con tan solo nueve muertes, en lo que va del 2023, ha acaparado la atención de la prensa, autoridades y sociedad en general durante todo el año.

Cada diez de octubre proliferan las actividades oficiales y de organizaciones no gubernamentales tendentes a visibilizar la salud mental en el país, pero lamentablemente no pasan de esa fecha conmemorativa, y el resto del año la salud mental “vuelve al closet”, a menos que un hecho vinculado a ella acapare el interés colectivo y de los medios de comunicación.

Se requiere visibilizar la salud mental, a tal punto de hacerla viral, insistiendo en la deuda social acumulada respecto a ese tema.

Aunque nuestro país ha registrado en los últimos años avances evidentes en materia de salud mental, tal y como apunta la OMS, todavía la mayoría de las personas con trastornos mentales son discriminadas y excluidas de la vida en sociedad.

Se trata de un derecho humano básico y, en ese sentido, se requiere una seguridad social que garantice a los pacientes una atención con trato humano, asequible, digna y de calidad.

La salud mental con enfoque comunitario continúa siendo una meta vital que amerita toda la atención estatal, al igual que devolver a su entorno a tantos enfermos mentales que han sido excluidos para siempre de la vida en sociedad.

Para hacer viral la salud mental, no hay que esperar a que se derrumbe un manicomio o que aparezcan los cuerpos de varios enfermos mentales frente a un cementerio.

De hecho, desde hace tiempo tratamos a los enfermos mentales como seres sin derechos humanos, sepultados bajo el estigma, la indiferencia y el olvido.

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