Tribuna del Atlántico

Apuremos la salida diplomática

Una de las máximas más conocidas en el mundo del Derecho, que le he escuchado a muchos abogados, a lo largo del tiempo, es aquella que proclama que, “es mejor un mal arreglo, que un buen pleito”.

Una nota de la agencia EFE, da cuenta de que el embajador de Francia en Haití, Fabrice Mouriés, habría manifestado la disposición de ese país y de la Unión Europea de mediar en el conflicto fronterizo derivado de la construcción de un canal en el río Dajabón o Masacre.

El conflicto, parece haber unificado a todo el espectro político y social de Haití, desde “los anarquistas”, los líderes de las bandas que asolan ese país y hasta el primer ministro Ariel Henry.

Un comentarista de radio decía el martes que los dominicanos no hemos sido capaces de unificarnos en torno al tema, “maña fuera”, cuando es evidente el interés gubernamental de sobredimensionar el problema, en atención a su interés de dominar el relato. Él, como otros, cuestiona las propuestas de líderes opositores, como si olvidáramos de pronto, que eso es el ejercicio democrático, la expresión de la diversidad de opiniones, incluso de quienes usted cree que están descalificados para opinar.

Ariel Henry ha reafirmado el lunes a su regreso a Haití, según reseña, Le Nouvelliste, “Que las negociaciones entre Haití y República Dominicana nunca han cesado”, al tiempo de destacar que la solución deberá ser el resultado del diálogo, en el marco del interés de los dos países.

Los economistas y los contables, suelen prestar atención, más que el resto de los mortales a la letra pequeña de contratos y acuerdos. Andy Dauhajre en su artículo “El eventual arbitraje sobre el Masacre”, recuerda que la primera piedra que tendremos en una eventual negociación es que en le “Declaración conjunta sobre la reunión binacional sobre la situación de las aguas transfronterizas del río Dajabón o Masacre”, de mayo del 2021, se establece,  “que la obra iniciada en el río Dajabón o Masacre para la captación de agua no consiste en un desvío del cause del río”. En base a las declaraciones de la delegación haitiana.

Es de esta expresión que surgen los alegatos de la oposición política, sobre un cambio de posición del Gobierno Dominicano, con relación a ese documento.

¿Determinó la parte dominicana que sí es un desvío?

¿Tenemos ya estudios concluyentes sobre el impacto que causará de este lado?

Un alegato en firme, de nuestra parte, es que Haití no ha aportado, tampoco, los estudios ambientales e hídricos sobre el impacto de la obra.

Bernardo Vega, en su artículo “Buscando un bajadero para nuestro Presidente”, dice, “pero tenemos que estar conscientes de que lo dominicanos, a través de los años, hemos hecho por lo menos 10 tomas de agua en ese río y los haitianos probablemente ninguna”.

Detalles a tomar en cuenta.

El presidente Abinader decía el lunes que Panamá y Guyana están interesados en comprar huevos y pollos del país. Qué bueno. Para los demás artículos que completan los US$1,000 millones que exportamos a Haití, ¿Tenemos mercado?

El único bajadero posible es el de la negociación, con la instancia que existe en Haití, y la mediación de Francia, el Vaticano, EE. UU. o China, dilatarlo no tiene mucho sentido.

A Sócrates, creo, se atribuye la expresión:”el trago amargo, apurarlo pronto”.