VIVENCIAS
Buscando complicidad.
El infausto problema social, económico y cultural que atraviesa y se han labrado los vecinos de la parte occidental de la isla La Española, han sido ocasionados por una disfunción de su propia naturaleza, y la génesis que dio paso a ese conglomerado, fundado y sustentado por “entidades” alejadas de la presencia del creador de todo cuanto existe.
Bajo esta percepción precisa examinar cuál sería el rol que correspondería desempeñar en ese problema a una nación forjada y cobijada bajo el signo y designio de Dios, Patria y Libertad.
El mayor inconveniente en esta premisa, por demás ineluctable para ese cuasi proyecto de territorio, es su impertérrita ambición obsesiva de ocupar un espacio en una tierra que no les pertenece por derecho propio, dando como resultado un pernicioso atavismo expresado bajo la égida de Bía que como norte tiende a arrasar todo cuanto encuentra a su paso. Digamos, que la patria construida por los forjadores de nuestra nacionalidad, de sólidos principios cristianos, no puede hacerse cómplice de una miseria originada en la aciaga decisión de dejarse arrastrar por las fuerzas oscuras del caos, opuestas a la bondad y fidelidad divina. Oremos, con la firme convicción de que hemos construido sobre roca firme, y las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella.