enfoque
Alzheimer: enfermedad silenciosa
Este 21 de septiembre es el Día Mundial del Alzheimer, una enfermedad sin cura y difícil de diagnosticar a tiempo, pues sus síntomas suelen confundirse con olvidos propios de la edad.
La enfermedad de Alzheimer es una condición neurológica irreversible y progresiva que afecta nuestra calidad de vida en todos los sentidos, causando deterioros en la memoria, atención, concentración, emociones y conducta.
Los investigadores señalan que hay varios factores que influyen en el diagnóstico de la enfermedad, como el envejecimiento, infecciones, enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad, además, podemos mencionar el aspecto genético.
Según La Organización Mundial de la Salud (OMS), unas 60 millones de personas a nivel mundial padecen de la enfermedad de Alzheimer. En República Dominicana se estima que para 2030, los casos de demencia aumenten aproximadamente en 125,000, siendo la enfermedad de Alzheimer la más común de las enfermedades neurodegenerativas, representando entre el 60% al 70% de los casos a nivel mundial.
Es importante mencionar que existe el Alzheimer de inicio temprano y el Alzheimer de inicio tardío. El Alzheimer de inicio temprano se caracteriza porque ocurre mayormente entre los 30 y 65 años de edad, en algunos casos lo que ocurre es un cambio hereditario en uno de tres genes llamados Presenilina-1 (PSEN-1), Presenilina-2 (PSEN-2) y Proteína Precursora de Amiloide (APP). Si se da esta mutación en uno de los cromosomas ya sea el 21, 14 y 1 se puede dar una acumulación anormal de proteína en el cerebro, que podría ser un factor causante de la enfermedad.
Por otro lado, el Alzheimer de inicio tardío puede ocurrir a partir de los 65 años de edad, siendo su causa multifactorial, pero los científicos señalan en sus investigaciones que tener una forma del gen de la apolipoproteína E (APOE) en el cromosoma 19, aumenta el riesgo de padecer esta condición.
La enfermedad de Alzheimer comienza incluso sin que el paciente se dé cuenta, ya que los síntomas al inicio no son tan evidentes, por lo que tener olvidos con frecuencia la persona lo asocia con la edad y no con un posible deterioro de la memoria u otro dominio cognitivo. Muchas personas mayores pueden olvidar el nombre de alguien o incluso las llaves, o dejar algo en un lugar y no recordar que lo han dejado, la preocupación comienza cuando la persona se le olvida por ejemplo cómo llegar a su casa, confundir a una persona con otra, o no conocer un lugar que ya había frecuentado antes. Estos síntomas son de alarma en el proceso del diagnóstico de la enfermedad.
Por ello se recomienda, que cuando se presenten estos síntomas antes mencionados ir a un profesional de la salud para ser evaluado y dar con el diagnóstico adecuado.
A medida que la enfermedad avanza, la persona empeora y se le dificulta realizar cosas cotidianas como cocinar o realizar las compras. Cuando se presentan síntomas más profundos, es cuando por lo general el paciente llega a consulta, y por lo tanto el proceso de apoyo se hace más difícil para lograr una mejor calidad de vida.
En cuanto al tratamiento para la sintomatología de la enfermedad de Alzheimer, existen medicamentos que pueden retrasar la pérdida de memoria por algún tiempo, pero lamentablemente la enfermedad no tiene cura.
Cada caso es individual, como hay pacientes que responden de una manera positiva al tratamiento hay otros que no. Por tal motivo, lo ideal es que la persona tenga un apoyo multidisciplinar para lograr una mejor calidad de vida.
Se aconseja a los familiares con pacientes con Alzheimer que están en las primeras etapas de la enfermedad, que hagan partícipe al enfermo de todo lo que ocurre en su entorno, realizando actividades sociales, ejercicio físicos y cognitivos. Le puede servir de ayuda siempre decirles la fecha en la que estamos, explicarles cada día cuál es la rutina que realizarán, como lo que se va a preparar de desayuno o de comida, y que puedan ayudar de alguna manera en ello, ya sea eligiendo qué desayunar o qué ingredientes lleva lo que se va a preparar, es una forma para ellos de ayuda en su cognición.
Por lo general, se aconseja que el paciente con la enfermedad tenga una rutina cada día, con horas establecidas para su cuidado personal, tratar de tener una hora establecida para el sueño y su alimentación debe de ser supervisada, ya que a medida que avance la enfermedad la persona puede olvidar comer y puede hasta deshidratarse. También tener un horario para realizar actividades en casa o fuera, con acompañamiento del cuidador en el proceso, que le ayude en el adecuado manejo de los espacios en la casa, para la prevención de caídas.
En la actualidad no existe un método de prevención para la enfermedad de Alzheimer, pero existe evidencia científica de que tener hábitos saludables en nuestro estilo de vida nos previene de un posible riesgo, como realizar ejercicio moderado, alimentación saludable, no fumar, tener una vida social activa y dormir bien. Sin embargo, se necesitan más investigaciones científicas que sustenten esta estrategia como prevención.